por Irene Bianchi 
“Signum”, de Sean Mc Keown, con Hernán Piquín y elenco. Coreografía: Andrea Candela. Dirección musical, vocal, letras, piano, arreglos y música original: Gerardo Gardelín. Diseño de Vestuario: Marcelo Péndola. Diseño de calzados: Lucas Moreno. Escenografía: Lili Diez. Escenografía embocadura: Carlos Junco. Diseño de Arte: Mauro Parissenti. Diseño de Iluminación: Gustavo Perezlindo. Diseño de Makeup: Gasparini-Larrivey. Producción General: Berenstein, Gallardo, Camaño. Dirección General: Sean Mc Keown. Teatro El Nacional, Avda. Corrientes 960, CABA. Miércoles a domingos 21 hs.
El comienzo de “Signum” me trae a la memoria “La rosa púrpura del Cairo” (1985),  film de Woody Allen en el que una camarera, magistralmente interpretada por Mia Farrow, hastiada de su vida gris y de su violento marido, se refugiaba en el cine de New Jersey, y consumía fantasía, durante la Depresión de los años ’30. Una tarde, la joven se levanta de su butaca, camina hacia la pantalla, y la traspasa, ingresando a ese mundo de fantasía.
En “Signum”, hermoso espectáculo ideado y dirigido por Sean Mc Keown, ex – director nada menos que del canadiense Cirque du Soleil, una “espectadora” encarnada por Micaela Monzón, acompañada por un “acomodador” (Nahuel Antonio), se internan en un reino mágico, poblado de seres etéreos y misteriosos.
 ¿Se trata acaso de una alucinación de la joven, de un sueño, de una experiencia extracorpórea, de lo que ella vislumbra cuando su espíritu alza vuelo? No tiene importancia dilucidar este enigma. Hay que dejarse atrapar por el sortilegio que plantea “Signum”, dejarse envolver, entregarse, asombrarse como ella ante todo lo que aparece. Y todo eso que aparece es deslumbrante: danza, acrobacia aérea en aros, cuerdas y cintas, mano a mano , contorsionismo, telas, malabares, trampo wall, trapecio, malambo …
 Y la figura de Hernán Piquín, bello y majestuoso, personificando a un ser seductor, oscuro y poderoso, que no logra su cometido. Magnetismo en la danza y en la mirada de una estrella como él, que permite generosamente el lucimiento de su compañía.
Los cantantes Alexia Martinovich, Cristian Zabala y Patricio Wittis, van hilando la historia, a través de las canciones compuestas por el talentoso Gerardo Gardelín, acompañados por una orquesta en vivo: Jorge Caldelari en violín, Urkell en guitarra eléctrica y acústica, Gonzalo Fuertes en bajo eléctrico, Fernando Valles en batería, Ezequiel Finger en percusión, y el propio Gardelín en piano.
Párrafo aparte merecen el sofisticado vestuario, la escenografía, la puesta de luces y el diseño de arte. Todo ello crea un clima onírico, del que resulta difícil despertarse tras el memorable saludo final.

“Signum”: dechado de creatividad, destreza y goce estético.