• ¡Ay, chicas! Realmente, la creatividad de este Gobierno me sorprende cada día más. ¿No es genial la nueva Secretaría que crearon por decreto? Nos van a ahorrar el trabajo de pensar. Yo estoy tan agotada que me viene fenómeno.
  • Que yo sepa, Betty, pensar nunca fue tu fuerte. ¡Te lo digo bien, eh! ¡De onda!
  • Con honda te voy a tirar yo, si me seguís agrediendo, Moni. ¡Ortiva!
  • ¿No te das cuenta que lo de la Secretaría del Pensamiento Nacional es un verdadero disparate, amiga? Raro que se les chispoteó “Unico” en el título.
  • Vos porque sos una malpensada. Siempre desconfiando, hasta de lo bueno.
  • No, nena. Sólo aspiro a que no me digiten los pensamientos. Si seguimos así, nos vamos a convertir en cobayos, en ratitas de laboratorio.
  • Moni tiene razón, Betty. En lugar de “diseñar, coordinar e instrumentar una usina de pensamiento nacional”, como proponen los compañeros de la Cámpora, ¿por qué no abren usinas de verdad, fábricas reales, y le dan trabajo a la gente en vez de dádivas? Tienen las prioridades un poquito trastocadas.
  • Ustedes no entienden cuál es la estrategia, chicas. El país se ha convertido en un inmenso Reality Show, un “Gran Hermano Nacional.” Y las cámaras se manejan desde la Rosada. Cada tanto incorporan un elemento irritativo para mover el avispero, o para distraernos de los temas importantes.
  • El conventillo de los chimenteros, ¿en qué categoría entra? ¿Distrae o irrita?
  •  Esos dos tipos son tal para cual. Por algo son socios. Metieron la pata hasta el caracú, y como son apenas hombres pero no caballeros, se defienden denigrando a las mujeres que les hicieron pisar el palito. Léase, la Mirra y la Liuzzi. Un asco ambos. Están haciendo un papel lamentable. Se fueron a pique.
  • Si tanto te disgustan, ¿por qué los consumís?
  • Porque no se habla de otra cosa. Hasta en los noticieros. Le dan más bola a eso que a la llamada a indagatoria del siempre sonriente Boudou.
  • A propósito: ¿con la guita de quién se empapeló la ciudad de Buenos Aires con miles de afiches: “¡Fuerza Amado! ¡Te bancamos!”.
  • Elemental, Watson. Con la tuya y la mía. La de los sufridos contribuyentes.
  • Sin embargo, a él se lo ve muy confiado. Insiste en que no tiene nada que ver con la máquina de hacer billetes.
  • ¿Lógico! ¿Qué va a decir? ¿“Arrésteme sargento, y póngame cadenas”, como el tango? Se va a defender como gato panza arriba, con uñas y dientes.
  • El intelectual Horacio González, a quien con gusto le regalaría un Head & Shoulders, dijo que lo de Boudou “produce angustia entre los oficialistas.”
  • ¡Ah, bueno! ¡Bienvenidos al Club de la Angustia, compañeros! Hay conscripción de socios todo el año. Se aceptan nuevos miembros.
  • Vos estás envenenada, Moni. Vas a reventar como un sapo.
  • ¡No! ¡Al contrario, Betty! Ya pasé la barrera del horror. Ahora estos manotazos de ahogado me provocan risa. Hasta lástima, te diría. Cristiana piedad.
  •  Ahora que decís “cristiana piedad”, a mí me parece que el Papa Pancho tiene bastante que ver en todo esto. ¿Acaso no estuvo con el Juez Lijo?
  • Sí, y le dijo clarito: “Cuando la prudencia se convierte en inacción, eso es cobardía.” Más clarito, echále agua bendita Su Señoría.
  • ¡Pobre Lijo! ¡No quisiera estar en sus zapatos! Estresaso machazo.
  • Por suerte ya arranca el Mundial y nos anestesiamos todos.
  • Si hay casting para cubrir el cargo de “Secretaria de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Municipal”, yo me anoto, chicas. Por mí: ¡Chin, chin!