Mientras miraba el último programa de Lanata, y veía las precarias condiciones de esos miles de gendarmes traídos a las apuradas desde nuestras ahora desprotegidas fronteras, en esta torpe e improvisada estrategia electoralista, no pude menos que recordar a los jóvenes colimbas reclutados a la fuerza para la insensata Guerra de Malvinas, un manotazo de ahogado de Galtieri. Chicos sin instrucción, sin entrenamiento, sin ropa ni armamento adecuados, mandados inescrupulosamente “al muere”, como títeres. Estos gendarmes no sólo desconocen las zonas que deben patrullar, sino también los tipos de delitos más recurrentes en ellas. Salvando las enormes distancias, en pos de esta maniobra cosmética con fecha de vencimiento, ¿no se los está mandando también “al muere”?