Muchísimo más que un Mundial nos regaló la Selección. Por primera vez en décadas, todos los argentinos salimos a festejar, desbordando una alegría que creíamos perdida. Una bocanada de aire fresco, un tsunami de emoción. Abrazarse con extraños, gritar a voz en cuello, bailar desenfrenadamente, tocar bocina, amucharse, aglutinarse, compartir, agradecer, llorar a mares. Tan acostumbrados a sufrir, a confrontar, a pelear, a criticar, a dividir, el domingo se produjo el milagro. Tanto para agradecerles, muchachos. Tanto. El esfuerzo, la humildad, el ejemplo, la resistencia, el sacrificio.Gracias totales por este maravilloso recreo, que ojalá siembre tolerancia, sensatez, racionalidad, buena convivencia, unión. Y ojalá entendamos que el trabajo en equipo, mancomunado y disciplinado como el de ellos, es lo que rinde frutos.

Diario Clarín, martes 20 de dic 2022