Chicas, ¿se ofenderá la moza si hoy no le dejamos propina?

· ¿Por qué no le vamos a dejar, Rita? ¡No seas pijotera! ¡Qué codito, che!

· Pensaba hacer una colecta para alguien.

· ¿Se puede saber para quién?

· Es para comprarle una remera, chomba o camisa al abogado mediático que hizo ese spot de campaña en musculosa.

· ¿Lo decís en serio? Si es el que estoy pensando, debe tener un vestidor más grande que el edificio donde vivo. Y ropa de marca para regalar. No necesita una colecta, Rita.

· Y entonces. ¿por qué aparece así, todo despechugado y en ojotas?

· Para hacerse el “popu” y mezclarse con la plebe. Elemental, Watson.

· El asesor de imagen de ese leguleyo es su peor enemigo, chicas.

· Y como tiene un físico trabajado, habrá querido mostrar su musculatura.

· ¿Me prometen darme un buen mamporro si alguna vez yo hago un papelón así?

· Prometido.

· Otra cosa. Tengo un plan para mejorar nuestros magros ingresos.

· ¿Vender nuestro cuerpo?

· ¡No! Hacer un golpe comando.

· ¿Chorear?! ¿Salir de caño? ¿Te volviste loca?

· Esperá que te explico. Leí en Internet que los presos ganan más que la jubilación mínima. Después de las medidas de Massa, hay que agudizar el ingenio, chicas. Es una cuestión de supervivencia.

· No creas todo lo que aparece en Internet, Rita. Hay mucho bolazo. Mucha “fake news”.

· Bueno, será cuestión de confirmar la información. Yo tengo unas medibachas negras, rotas, que podemos usar como máscaras, y algunas pistolas de juguete que parecen posta.

· ¿Pero no te da miedo ir en cana?

· A nosotras nos tocaría la domiciliaria, como a la Vice. Ventajas de la tercera edad.

· ¿Y qué asaltaríamos? ¿Un Banco? ¿Una casa de cambio? ¿Una joyería?

· Ya lo tengo pensado. Combinamos primero con nuestra amiga Pilu, que estará al tanto del plan, irrumpimos en su casa de lotería a la hora que sabemos que hay un par de canas merodeando, manoteamos la guita de la caja y nos dejamos arrestar, sin oponer resistencia.

· Vos está mirando demasiadas series, Rita. Conmigo no cuentes.

· ¡Qué rompebarra! ¿No te gusta vivir nuevas experiencias?

· De ese tipo, no. Les propongo otra aventura, menos peligrosa.

· ¿A ver?

· Ir a Mendoza en tren y visitar las bodegas.

· ¿El que acaba de inaugurar el Presi? ¡Ni loca! Es carreta, un tren lechero. Tarde 10 horas más que el que inauguró Roca en 1884. 27 horas con decenas de paradas. Interminable.

· Ali tiene razón, Rita. Más que tren bala es bala de fogueo con pólvora húmeda. No hay osamenta que aguante semejante travesía. Menos la nuestra.

· Además no llega a la capital sino a la estación Palmira, que no está ahí nomás.

· ¡Ufa! ¡No hay plan que les venga bien a ustedes, aguafiestas!

· Pensar que hace 30 años, en marzo del ’93, se cerraron los trenes, gracias al riojano patilludo. Cuando en el resto del mundo, son el medio de transporte más veloz y eficiente.

· El chanta que prometió viajes a la estratósfera en dos horas. Realismo mágico menemista.

· Y hoy tenemos un discípulo en el poder. Brindo por Alberto en Narnia. ¡Chin, chin!

Diario El Día de La Plata, 26/3/2023