QUERIDO DIARIO I
por Irene Bianchi Querido Diario: ¡Qué sorpresa! ¡Tanto tiempo! Te daba por perdido. No sabés la alegría que me dio encontrarte detrás de la biblioteca, caído vaya a saber hace cuánto, cubierto de polvo y telarañas y –por suerte- con la llavecita todavía puesta en el candadito Seguir leyendo