por Irene Bianchi
  • ¡Ay, chicas! ¡Qué desilusión! ¡No me puedo reponer de la confesión de Ricky!
  • ¿No te habías dado cuenta, Nelva? Sos la última en enterarte.
  • Pero es tan lindo, tan sexy. ¡Que desperdicio!
  • Para nosotras, puede ser. Para ellos, no.
  • Me da terror pensar que, ahora que él se animó a confesarlo públicamente, empiecen a aparecer muchos más y salgan del placard en masa.
  • Mirá, querida, yo después de lo de Rock Hudson, puedo esperar cualquier cosa.
  • La lista es interminable, chicas. No es un tema nuevo. Los chabones están juntando coraje y saliendo a la luz, cosa que me parece bien. ¿Qué tiene de malo?
  • ¿Cómo que tiene de malo, Hilda? Que cada vez tenemos menos chances de enganchar algo.
  • ¿Eran “Las Primas” las que cantaban: “Los nenes con los nenes, las nenas con las nenas”? Ahora que pienso, fue como un himno gay. Mirá qué pioneras.
  • No nos engañemos. Desde Rodolfo Valentino, pasando por Truman Capote, Cary Grant, James Dean, Marlon Brando, Anthony Perkins, Elvis Presley, Richard Chamberlain…
  • ¿Cuál! ¿El del “Pájaro canta hasta morir”?!
  • Ese pájaro, sí.
  • Aunque vale aclarar que algunos eran ambidiestros.
  • Se dice bisexuales, Isa.
  • Hasta el mismísimo Gardel está en la picota.
  • No te metas con el Zorzal Criollo, porque no respondo de mí, Vero.
  • Y ni hablar de las minas. Greta Garbo y la Dietrich tenían su buena fama.
  • ¿No será que, en el fondo, somos todos bi?
  • No te hagas la modernosa, Vero. Ya he perdido bastantes certezas en mi vida, como para agregar una más.
  • Por ahí las que estamos fuera de foco somos nosotras, chicas. Habrá que aggiornarse.
  • Antes, me meto a monja.
  • Ojo con los conventos, Elvi, que con todas estas denuncias que le quitan el sueño al Papa, ya no son lugares tan santos ni seguros.
  • ¡Que cosa, ¿no?! Cuando éramos chicas, todo era más sencillo. En las pelis de vaqueros, los indios eran los malos y los cowboys, los buenos, por ejemplo.
  • Cuando vos eras chica, Elvi, todavía se creía que la tierra era plana, sostenida por cuatro elefantes.
  • ¡Ah, claro! Porque vos te cocinás al primer hervor, ¿no?
  • Lo que pasa, amigas, es que nosotras somos unas anticuadas y reprimidas, llenas de prejuicios y preconceptos. La gente ahora es más libre, más auténtica. Están menos pendientes de qué dirán. Hacen la suya.
  • ¿Vos decís que quedamos fuera de concurso?
  • A menos que nos subamos al tren de la posmodernidad.
  • ¿Dónde se sacará boleto?
  • Chicas, esto es como el juego de las figuritas: como cayó, quedó.
  • No me resigno. Mejor organicemos la Marcha del Orgullo Hetero. ¡Chin, chin!