¡Ay, chicas! ¡Qué desilusión! ¡No me puedo reponer de la confesión de Ricky!
¿No te habías dado cuenta, Nelva? Sos la última en enterarte.
Pero es tan lindo, tan sexy. ¡Que desperdicio!
Para nosotras, puede ser. Para ellos, no.
Me da terror pensar que, ahora que él se animó a confesarlo públicamente, empiecen a aparecer muchos más y salgan del placard en masa.
Mirá, querida, yo después de lo de Rock Hudson, puedo esperar cualquier cosa.
La lista es interminable, chicas. No es un tema nuevo. Los chabones están juntando coraje y saliendo a la luz, cosa que me parece bien. ¿Qué tiene de malo?
¿Cómo que tiene de malo, Hilda? Que cada vez tenemos menos chances de enganchar algo.
¿Eran “Las Primas” las que cantaban: “Los nenes con los nenes, las nenas con las nenas”? Ahora que pienso, fue como un himno gay. Mirá qué pioneras.
No nos engañemos. Desde Rodolfo Valentino, pasando por Truman Capote, Cary Grant, James Dean, Marlon Brando, Anthony Perkins, Elvis Presley, Richard Chamberlain…
¿Cuál! ¿El del “Pájaro canta hasta morir”?!
Ese pájaro, sí.
Aunque vale aclarar que algunos eran ambidiestros.
Se dice bisexuales, Isa.
Hasta el mismísimo Gardel está en la picota.
No te metas con el Zorzal Criollo, porque no respondo de mí, Vero.
Y ni hablar de las minas. Greta Garbo y la Dietrich tenían su buena fama.
¿No será que, en el fondo, somos todos bi?
No te hagas la modernosa, Vero. Ya he perdido bastantes certezas en mi vida, como para agregar una más.
Por ahí las que estamos fuera de foco somos nosotras, chicas. Habrá que aggiornarse.
Antes, me meto a monja.
Ojo con los conventos, Elvi, que con todas estas denuncias que le quitan el sueño al Papa, ya no son lugares tan santos ni seguros.
¡Que cosa, ¿no?! Cuando éramos chicas, todo era más sencillo. En las pelis de vaqueros, los indios eran los malos y los cowboys, los buenos, por ejemplo.
Cuando vos eras chica, Elvi, todavía se creía que la tierra era plana, sostenida por cuatro elefantes.
¡Ah, claro! Porque vos te cocinás al primer hervor, ¿no?
Lo que pasa, amigas, es que nosotras somos unas anticuadas y reprimidas, llenas de prejuicios y preconceptos. La gente ahora es más libre, más auténtica. Están menos pendientes de qué dirán. Hacen la suya.
¿Vos decís que quedamos fuera de concurso?
A menos que nos subamos al tren de la posmodernidad.
¿Dónde se sacará boleto?
Chicas, esto es como el juego de las figuritas: como cayó, quedó.
No me resigno. Mejor organicemos la Marcha del Orgullo Hetero. ¡Chin, chin!