por Irene Bianchi                                               
  • Chicas, tengo una noticia alarmante: unos investigadores yankis llegaron a la conclusión que la soledad es tan mala para la salud como fumar 15 cigarrillos por día, ser alcohólico, sedentario o tener sobrepeso.
  • ¡Estamos fritas! Me imagino que el panorama se agrava si se suman todas esas variables, ¿no? Quiero decir, si chupás como una esponja, fumás como un escuerzo, no pasás ni por la esquina del gimnasio, y, como si todo eso fuera poco, nadie te arrastra el ala ni te da la hora.
  • ¿Pero, en ese caso, la soledad sería causa o efecto?
  • ¿Por qué sólo asocian la soledad con no tener un macho al lado? ¿Y si una tiene una mascota? ¿Eso no cuenta?
  • Es de solterona, Maru. Te deschava. Sobre todo, si la mascota es un gato capón o un perrito ínfimo y cascarrabias, de ésos que te entran en el monedero.
  • Yo no vivo la soledad como una condena, chicas. La disfruto. No tengo que rendirle cuentas ni pedirle permiso a nadie, hago lo que se me da la reverenda gana, voy adonde quiero, estoy con quien tengo ganas de estar. ¡Liiiiibre!
  • Sí, Lore, pero cuando llegás a tu casa a la noche, abrís la puerta y no hay nadie, no te bajoneás? Sé sincera, con una mano en el corazón.
  • Al contrario. Me encanta. Si quiero, ando en cueros, escucho música, cuando me pica el bagre, me cocino algo, sin menú ni horario fijo. ¿Qué mejor?
  • Yo te envidio, ¿qué querés que te diga? Entre mi marido, mis cinco chicos y sus respectivas novias, tengo el síndrome de Sierra Chica, de cuando los presos picaban piedras. Sueño con rajarme a una isla desierta, en medio del Pacífico, comer cocos, frutas silvestres, sushi fresco…
  • ¿Y que un día se te aparezca un náufrago, estilo Tom Hanks, o Brad Pitt?
  • ¡No! ¡Ese no! ¡A ver si me llena de hijos, como a la Jolie! Prefiero un eunuco, o un gay asumido, así nos prestamos la oreja mutuamente, como mejores amigas.
  • Personalmente, no les creo mucho a esos científicos sabelotodos. Sus conclusiones suenan oportunistas. Por ejemplo, justo ahora que hay una recesión machaza en Yankilandia, quienes fueron los reyes del consumo, intentan convencer al ciudadano americano promedio, que “menos es más”, que el desapego es sano, que adquirir bienes materiales no genera felicidad.
  • No seas mal pensada, Gordi. Esos tipos se queman las pestañas estudiando.
  • ¡Que ingenua que sos, Pupi! Hay intereses creados. Ordenes de arriba. En todos lados se cuecen habas, chiquita.
  • No empieces con tus dichos del tiempo’e ñaupa, que no entiendo ni jota.
  • Ay, Pupi, ¿vos también sos de la generación que no lee libros, como la Jelinek?
  • ¡Qué tapa le puso Peti, ¿eh?! Eso le pasa por no tener sentido del humor. Si das tonta, cométela, mansa y tranquila. No la juegues de Alicia Moreau de Justo.
  • ¿Y qué me cuentan de nuestras gemelas, el aporte platense a Showmatch?
  • Yo les aconsejaría que no se la crean, que la fama es puro cuento, que de un día para el otro pasan del vivo a la gigantografía de cartón, en un programa satélite.
  • Tampoco son Victoria y Silvina Ocampo, ¿no? Eso sí, más lindas que las griegas.
  • Si es por representantes locales, yo me siento más orgullosa de los premios Houssay que recibieron esta semana cuatro científicos que se formaron y trabajan en la UNLP. Eso sí que es un aporte valioso. Lo otro es cartón pintado.
  • Todo suma. Inteligencia y belleza. Aunque no siempre vayan juntas. ¡Chin, chin!