• ¡Ay, chicas! ¡Éramos pocos y la farándula parió a otra Nara!
  • ¡Sí, Chela! ¡La vi en “Infama”. Me dio vergüencita ajena, pobrecita.
  • ¡Pero si ella está chocha! Se cree la reencarnación de “Gilda”.
  • Se lo hacen creer, que es distinto. Los crápulas de siempre. Si hasta le prometieron  un contrato para grabar un long play.
  • Se dice cd, nena. No hay más vinilos ni discos de pasta. No seas “vintage”.
  • ¿Ligó un contrato con la Sony? ¡Zarpado!
  • No. En “Pasión de Sábado”. Más modestita la oferta. Algo es algo.
  • Wanda y Zaira están furiosas con el blondo papi. La detestan a CariNara.
  • Es que las madrastras siempre tuvieron mala prensa. No hay caso.
  • Está para cantarles una serenata: “Nara, nara queda en tu casa natal, sólo telarañas que teje el yuyal…”
  • Más patéticos que estos mediáticos, son los panelistas que se reproducen como moscas, ¿vieron? Opinan de todo y de todos, como si supieran. Una plaga.
  • Inspirándome en los dichos del Gral San Martín: “Serás lo que debas ser, o serás panelista”. Se creen impunes estos charlatanes a sueldo.
  • Habrá que incluir la materia “Panelismo” en la Escuela de Periodismo, ¿no?
  • No hace falta. Sólo se precisa ser chusma, malintencionado, deslenguado, indiscreto, entrometido, y conjugar el potencial, para no comerse un juicio.
  • Hablando de chimenteros, ¿vieron cómo cayó en desgracia la dupla Rial-Ventura? Tanto joder a los demás, tanto meterse en sus vidas, ahora están degustando una dosis de su propia medicina. La ley del Karma en acción.
  • Hoy, nadie le pisa el poncho a la nueva estrella farandulesca: Lizy Tagliani.
  • A mí me cae bien, porque se carga a si misma. No se la cree. No se hace la señora “bian”. No reniega de su condición sexual. Se asume y punto.
  • Pensar que cuando éramos chicas, te decían “género”, y pensabas en tela, o a lo sumo, en el género subjuntivo. Ahora decís “sexo” y te miran raro.
  • Las veteranas nos hemos tenido que adaptar a tantos cambios para no quedar “orsai”. Tecnológicos, sociales. Más que en otro siglo, nacimos en otro mundo.
  • Pero aquí estamos, Elba, Vivitas y coleando. Haciéndonos las evolucionadas.
  • Lo bueno de vivir en un país en crisis permanente como el nuestro, es que te obligan a adoptar una actitud budista. “Sólo por hoy” morfo; sólo por hoy llego sana y salva a mi casa; sólo por hoy cargo nafta; sólo por hoy prendo la estufa; sólo por hoy voy al chino del barrio; sólo por hoy intento llegar a Buenos Aires por la autopista, esquivando arreglos y piquetes; sólo por hoy, sobrevivo.
  • Cierto. Qué considerados que son nuestros gobernantes. Se preocupan por anclarnos en el presente, en el aquí y ahora. Nos hacen más sabios.
  • Sin embargo, la Presidente admitió estar “un poco nerviosa” en su cadena del martes a la noche, ¿la escucharon? Tiene suerte. Nosotros, “un mucho”.
  • Yo la puse en mudo esperando “Guapas”. De paso, intenté descifrar lo que decía a través de la intérprete de lenguaje de señas. No entendí ni jota.
  • Tampoco habrías entendido nada si le hubieras puesto volumen, Chelita.
  • Me pregunto hasta cuándo el Gobierno seguirá cargando las tintas y echándole la culpa a la crisis del 2001. Ellos no llegaron ayer, ¿no? Algo podrían haber hecho para sanear la economía en todos estos años.
  •   Es como si nosotras, a la edad que tenemos, le siguiéramos echando la culpa a nuestras viejas porque nos destetaron demasiado pronto. ¡Ya fue! ¡Chin, chin!