• ¡Listo! ¡Se fue enero! Alguien nos está afanando el tiempo, chicas. No puede ser que todo pase tan rápido. A la primera de cambio, estamos otra vez armando el arbolito.
  • ¡Ni lo digas! La vida es un soplo, un suspiro, una quimera …
  • Sí. Dura lo que una flatulencia en un canasto.
  • ¡Si serás ordinaria, Chela! Yo trato de ponerle poesía, y vos tan pedestre, tan básica.
  • Mirá, yo no tendré tu gusto literario ni tu estilo sofisticado, pero tengo algo que les puede interesar.
  • ¿Qué, Chela? ¿Algún amigo viudo, hetero, rico disponible?
  • ¡No! No hay más. Se van mudando a la Quinta del Ñato con prisa y sin pausa.
  • ¿Entonces qué?
  • Esto. “Goticas”.
  • ¿Gotitas? ¿Colirio? Me vienen bien para el ojo seco. ¿O son para la nariz?
  • ¡No! Éstas son milagrosas. Curan el Covid.
  • Es una joda, ¿no?
  • Preguntále a Maduro. Él dice que son mágicas.
  • ¿Y vos le crees al yosapa ése? No está en sus cabales el seudo Profesor Jirafales.
  • Para que sean más efectivas, hay que combinarla con éstas.
  • ¿Naipes?
  • ¡No! Estampitas de vírgenes y santos. La fórmula de López Obrador para combatir el maldito virus.
  • ¡Otro delirante! Pensar que tipos como ésos manejan los destinos de las naciones.
  • Ni hablar de Bolsonaro, otro vecino impresentable. Se calentó con la prensa porque destaparon una olla del 2020.
  • ¿Una olla pestilente?
  • No. Bastante dulzona. El chabón compró la friolera de 2 millones y medio de latas condensadas, por la suma de casi 3 palos verdes. Dijo que los periodistas se metan las latas en el culo.
  • ¡Ay! ¡Qué dolor!
  • ¿Y para qué tanta leche condensada?
  • Yo hacía dulce de leche casero, poniéndolas a baño María, ¿se acuerdan?
  • ¡Que empalagoso! Me dan arcadas de sólo pensarlo.
  • A mí el mundo me da arcadas. Estamos en manos de piantados mesiánicos, mamarrachos que prometen y no cumplen; fantoches que padecen de incontinencia verbal.
  • La pandemia puso al descubierto muchas miserias. Y yo que creí que sacaría lo mejor de cada uno.
  • Al contrario. Toda la mugre en la superficie. Egoísmo, mezquindad, uso político, tejes y manejes con la vacuna, negociaciones turbias, y mantenernos a todos en ascuas, inmóviles, mansitos, muertos de incertidumbre y de miedo. Rehenes.
  • ¡Qué exagerada! Hacen lo que pueden. Nadie conocía a este bicho de mierda.
  • Cierto, pero entonces que no hagan promesas incumplibles. Como cuando el Ministro de Salud dijo que aquí no llegaba el virus. O bolacean con los millones de dosis que no llegan.
  • ¿Será que nos subestiman?
  • Ponéle la firma. De aquí a la China.
  • ¡Ay! No la nombres que me da urticaria.  Ellos tendrían que mandarnos las vacunas. Y gratarola.
  • Bueno, ¿les dejo o no las “goticas” y las estampitas?
  • ¿Gratis?
  • A la gorra.  A voluntad, si les parece. Y, ya que están, páguenme el trago. ¡Chin, chin”!