• ¡Ay, chicas! ¡No saben cómo me arrepiento!
  • ¿De qué, Elvi? ¿De haberte separado del último?
  • ¡No! ¡Ni ahí! ¡Con ése el error fue juntarme!
  • Ya sé. Rompiste la dieta y te diste un atracón de facturas de manteca, churros y bizcochitos de grasa.
  • Tampoco. La estoy cumpliendo a pie juntillas. Tanta lechuga comí que casi canto como mi canario. Verde estoy.
  • A ver, ¿de haberte cortado el flequillo vos sola, sin ir a la peluquería? Tan mal no te quedó.
  • Frío, chicas. Ninguna acierta. Tiene que ver con mi edad.
  • ¿La real o la que nos querés hacer creer?
  • Justamente. Siempre me saqué una sota. Y ahora me arrepiento, porque no me llaman para vacunarme. Me quiero morir.
  • ¿Cómo? ¿No eras anti vacuna vos?
  • Era. Pero ahora me agarró un julepe que me pongo la que venga. China, rusa, yanqui, cualquiera.
  • Ya pasó un año, ¿pueden creer? Y éste, no pinta mucho mejor.
  • No quiero sonar clasista, chicas, pero esa cepa “Manaos”, suena re-grasa, es un quemo. Cero glamour. ¿Nunca una cepa Montecarlo, Maldivas, Mykonos, New York …?
  • ¿Habrá que hacerse a la idea que, de ahora en adelante, tendremos que convivir con este bicherío diminuto, y nunca más sacarnos el barbijo, ni ir a mega recitales, ni viajar por el mundo, ni comprarnos ropa, carteras y zapatos de marca?
  • Todo eso ya nos está vedado, Elsi. Con virus o sin virus. El bolsillo nos da hasta el barbijo y gracias.
  • A Hernán Drago esto no le pasaría, ¿ven? El bolsillo de él está bien abultado.
  • ¡Elvi! ¿El bolsillo? ¿O sus alrededores, picarona?
  • ¡Si serás! ¿No te enteraste que le ofrecieron guita  por sexo?
  • ¿En serio? ¿Y agarró viaje?
  • Dijo que no. Porque estaba en pareja en ese momento. Pero al tiempo cambió el auto. Diez lucas verdes le ofreció una señora calenchu después de un desfile. Por un completito. Quiero decir, por una noche de amor, con todos los chiches.
  • ¿Tiempos del uno a uno, o ahora?
  •  Creo que en ese momento él trabajaba afuera. Hace años. Igual era buena guita.
  • Yo ni loca lo haría.
  • Porque no tenés un mango. Sólo por eso. Y además,  porque sos pijotera.
  • No sólo eso. No me gusta mezclar plata con amor.
  • ¿Y quién habló de amor? Es sexo. Puro sexo. Cero romanticismo. Sexo.
  • ¿Y eso te parece bien?
  • Ni bien ni mal. Es lo que es. Lo que pasa es que nosotras fuimos criadas como Susanitas, llenas de mandatos, de asignaturas a cumplir. Casarnos, tener hijos, ser buenas esposas, buenas madres, buenas abuelas. Y erradicamos de nuestro vocabulario y de nuestro cuerpo cosas como el goce, el placer, el disfrute, todo asociado al pecado judeo cristiano.
  • ¿Se acuerdan de esa peli con Robert Redford y Demi Moore, “Una propuesta indecente”?
  • ¿Cómo olvidarla? Un palo verde a cambio de una encamada. El problema es que el personaje de la mina se involucra emocionalmente con el millonario.
  • Sepan disculpar mi asociación libre, chicas, pero me acordé que les traje huevitos de Pascua y se me están derritiendo en la cartera.
  •   ¡Ay! ¡No te hubieras molestado, Elsi! Pero … ¡qué chiquitos, che! Casi un confite.
  • Es que cuestan uno y la mitad del otro.  Buenos., ¿brindamos o no?
  • Sí. Aunque la casa no esté en orden, sino hecha un flor de quilombo, Brindemos. ¡Chin, chin!