Si vas a usar el lenguaje inclusivo, Noemí, ya me rajo. Lo detesto. Me da urticaria.
¡No te sulfures! Te quería hacer calentar. De aburrida nomás.
Estamos en bancarrota, llenos de deudas, con la soga al cuello, y al Banco Central no se le ocurre mejor idea que reconocerlo como válido. ¡Qué disparate!
Así es. De ahora en más hay que decir: “les titulares de una cuenta”, “les usuarios”, “les postulantes”, ¡eh!
¡Qué memerreche! Hasta Alberto lo usa cada vez que aparece para anunciar que se prolonga la cuarenterrrrna: “Todas, todos y todes”.
Deberíamos llamarlo “Alberte”, ¿no? Al cargo y al apellido le sobran eeeesss.
Su segundo nombre es Ángel, como De Brito.
Ängelito siembra cizaña. No contento con la maldad de sus angelitas mañaneras, ahora en “Ladrando por un sueño” ha logrado que el jurado humille con saña a los concursantes.
Les concursantes, querrás decir.
El bodrio ése se llama “Cantando 2020”. Nada de sueños esta vez.
Lo mismo que el “Bailando”. Nunca se le dio bola a los sueños de la gente. Y dudo que alguno de ellos se haya cumplido en los hechos. Pan y circo.
Más circo que pan. Hablando de Roma, ¿el dueño de ese circo se reconcilió con la jermu?
Así parece. Es que los divorcios le salen carísimos al cabezón. Mucho que repartir.
Otros que se están amigando son Laurita y Cabrón.
Es que se habían comprado una casa juntos en época de vacas gordas. Eso tira.
Ella ni lo admitió ni lo negó. Sólo dijo al respecto “es bueno dejarse llevar”.
Depende. ¿Adónde? ¿Con quién?
Es una manera de decir, Carlota. Relajarse, soltar, dejar ir, fluir …
En eso somos expertos. Siempre a la deriva, a punto de naufragar en este querido íspa.
¡No seas pesimista! ¿No te enteraste que en cualquier momento tenemos la vacuna?
¡Ay, sí! ¿Llegaremos vivas?
¡Tocáte la izquierda, mufa! ¡Por supuesto! Y como nosotras somos veteranas, en zona de riesgo, ligamos primero en la repartija.
Alguna ventaja tiene ser adulto mayor.
¡Ojo con el “edadismo”!
Y eso, ¿qué es?
Así como hay sexismo, racismo, también hay edadismo, o sea, que te discriminen por vejete.
Eso no es de ahora. ¿O acaso no notaron la diferencia en el monto de las jubilaciones? La mayoría de nosotras cobra la mínima, que no llega a 20 lucas, mientras que otros, como Mr Zaffaroni, perciben la friolera de 800 luquitas.
Hablando de justicia e injusticia, muchos funcionarios judiciales no pagan ganancias, además de jubilarse con cifras muy parecidas a la de Eugenio Garantista.
¿Y a ninguno de ellos se le ocurre donar un cachito por la malaria nacional?
Ni en dope. Tienen un cocodrilo en cada bolsillo. Progresistas de la boca para afuera.
¿Y los valores? ¿Equidad social, inclusión, distribución de la riqueza?
Bien, gracias.
Brindemos por los científicos y por el personal de salud, chicas. Los verdaderos héroes de esta pesadilla. Chin, chin!