Durante esta verdadera “Feria de vanidades” en que se convirtió la apresurada confección de listas para las primarias, con inesperadas alianzas y matrimonios por conveniencia, llama la atención las expresiones vertidas por la mayoría de los contendientes. Nada de finas ironías ni sutiles subtextos. El sarcasmo inteligente y la crítica velada brillaron por su ausencia. Se oyeron frases como: “aguantar los trapos”, “traidor serial”, “el pueblo no come vidrio”, “el Gobernador es un tibio”, “rejunte de gente a la bartola para ganar una elección”. Y la perlita de nuestra Presidente: “El uruguayo José de Artigas quería ser argentino y no lo dejaron… ¡carajo!”. ¡Cuánta metáfora! ¡Qué nivel discursivo! ¡Qué lenguaje florido! Tan futboleros somos que la dialéctica de nuestra clase política es de tablón.