por Irene Bianchi
“PostParto”, de Laura Gutman, Florencia La Rosa e Ignacio Apolo. Elenco: Laura Azcurra, Celeste García Satur, Victoria Onetto.Diseño de vestuario: Claudia Tomsig. Diseño de escenografía: Magali Acha. Música original: Federico Marrale. Asistencia de dirección: Marisa Sosa. Dirección: Ignacio Apolo. Teatro “La Nonna”.
El embarazo y la llegada de un bebé son momentos casi idílicos, sumamente idealizados y embellecidos por los creativos publicitarios. Pocas imágenes resultan tan tiernas y conmovedoras como una mujer acariciando su panzota, imaginando a su criatura, preparando su ajuar, decorando su dormitorio, mimada y consentida por su pareja, cuidada por su entorno. Se siente una Reina, orgullosa de su estado, poderosa, invencible, mega estrella de una película que la tiene como única protagonista.
Ahora bien, en el parto y después de dar a luz, el estado de situación real cambia drásticamente. En primer lugar, hay que atravesar un dolor físico nunca antes experimentado. Cuando finalmente irrumpe el bebé, todas las miradas se posan sobre él, pasando la parturienta a un segundísimo plano. La mamá se empieza a sentir como un envase descartable. Dolorida por la episiotomía o por la cesárea, chorreando leche, aterrada por no saber interpretar el llanto de este pequeño desconocido, la pobre mujer se pregunta si eso del instinto maternal no es –al fin y al cabo- un mito urbano.
Mientras todos los parientes y amigos– entre flores, tarjetas y regalitos- la felicitan efusivamente y le insisten que debería estar felicísima, ella sólo siente ganas de llorar a mares, lo cual-a su vez-le genera unaculpa tremenda. Además, se ve fea, fofa, celulítica, llena de estrías, y su vida empieza a girar en torno a la criaturita: amamantarlo cual surtidor, hacerle “provechito”, cambiarlo, intentar que duerma y la deje dormir un par de horas, llevarlo rauda a la Guardia del hospital más cercano ante cualquier sobresalto…
Todo esto que tiene que ver con el puerperio o depresión post parto, algo de lo que generalmente no se habla. No se nos advierte a las mujeres (ni a los hombres) que es natural que nos sintamos –literalmente-vacías y que la libido esté ausente sin aviso. Que nos va a llevar un tiempo armar el vínculo con el recién llegado, y rearmarlo con nuestra pareja, quien, a su vez, se siente desplazado por el/la “intrusito/a”.
“Postparto” habla justamente de lo que no se habla, y lo hace de una manera inteligente, entretenida, divertida, apelando también a la emoción. “Sabrina” (Azcurra), “Barbie” (Onetto) y “Soledad (García Satur), son tres madres primerizas, que nos cuentan sus sentimientos encontrados con respecto a la maternidad. Son mujeres muy diferentes, con estilos de vida dispares, que sin embargo viven la misma problemática. Se sienten solas, incomprendidas, vulnerables, al borde de un ataque de nervios.
¿Cómo compatibilizar el ejercicio de la profesión con esta nueva tarea tan demandante? El mundo del trabajo, que sigue teniendo un sello eminentemente masculino, no siempre es tolerante, contemplativo ni paciente con esta empleada que llega tarde, cansada, y no rinde como antes.
El “bonus track” de la pieza, es el testimonio directo y franco que brindan estas tres excelentes actrices, sacándose por unos minutos las máscaras de sus respectivos personajes. Porque ellas también son madres y vivieron en carne propia lo que Sabrina, Barbie y Soledad están contando, lo cual subraya la verdad del mensaje y humaniza aún más el relato.
“PostParto”: interesante y necesaria reflexión que echa luz sobre una zona aún oscura.