· ¿Y tu perrito, Rosa? ¡Hace un montón que no lo traés al After? ¿Lo seguís teniendo?

· ¡Obvio! A falta de marido, conservo mi mascota. Me da mucho menos trabajo.

· ¡Menos mal! Por un momento, me dio miedo que te copiaras de la suegra de Felipe Fort.

· Ni idea quién es Felipe Fort, y mucho menos su suegra, Gladys. Ponéme al tanto, porfi.

· Felipe es el hijo de Ricardo Fort, que en paz descanse. Y su suegra, léase la madre de la novia, una señora de La Plata, que intentó faenar a su “golden retriever” en una carnicería local.

· ¿Me estás jodiendo? ¿Por qué?

· Según ella, “Toto ya está en edad. Y tiene buen cuero y carne.”

· ¿En edad de faenarlo? ¡Qué peligroso!

· ¿Por?

· Porque siguiendo ese criterio, nos pueden faenar a nosotras también. “Ya estamos en edad”.

· No creo. La diferencia es que nosotras tenemos más cuero duro que carne tierna a esta altura del campeonato.

· Seré curiosa. ¿El carnicero aceptó la faena?

· ¡No! La denunció a la mina y le sacaron la tenencia del rope y lo pusieron en adopción.

· Nosotras nos escandalizamos, pero ¿saben las veces que habremos comido gato por liebre, sin darnos cuenta?

· ¿Y eso qué tiene que ver con el pobre perrito?

· Que en una de ésas creíamos que comprábamos rosbif, y resulta que nos llevábamos un cacho de perro o de caballo.

· ¡Ay! ¡Qué impresión, Beba! ¡Se me revuelven las tripas!

· ¿Acaso no se acuerdan de los bichos exóticos que comía Marley viajando por el mundo? Hormigas, escarabajos, alacranes, gusanos, cucarachas, tarántulas …

· Eso van a tener que comer los nabos de “Gran Hermano”. Cada semana tienen menos presupuesto del morfi. Ni para ganar el desafío semanal sirven esos vagos.

· Sin embargo, Gladys, el programa sigue reventando el rating.

· Porque a falta de buenas ficciones, la gente se convierte en “voyeurista” de esa manga de parásitos, que buscan fama express.

· ¡Y bien que la consiguen, amiga! Ni bien salen, aunque hayan sido expulsados por “el Supremo”- como dice Del Moro-, consiguen un laburito en algún elenco o en un panel de chismes. La ley del menor esfuerzo.

· Del Moro la debe estar juntando con pala, ¿no? Digo, para seguir conduciendo ese programa pedorro, desprestigiado, inverosímil, previsible.

· Yo no siquiera creo en los supuestos votos del público. Por más escribano que haya.

· Un bolazo. Como los votos del “Bailando”. Incomprobables.

· Ahora que mencionás el Bailando, ¿qué será de la vida del cabezón de Bolívar?

· Parece que las hijas no la bancan a su novia Milett. Piensan que es una caza fortunas.

· Claro. Prefieren quedarse ellas con la fortuna del papi. Ya tienen la mente puesta en la herencia.

· Ojo que dicen que el quía debe mucha guita. ¿O no se acuerdan de los cheques rebotados? No sea cosa que las nenas sólo hereden deudas.

· No veo la hora de que salga el reality de los Tinelli para despedazarlo minuto a minuto. Preparemos el pochoclo.

· Propongo un brindis por la telechatarra que nos merecemos. ¡Chin, chin!

Diario El Día de La Plata, 7/05/2024