“A ver pedazo de mogólico, imbécil, tarado.” Así se refería el candidato presidencial Javier Milei al economista Roberto Cachanosky. Utilizó el término “mogólico”, en un claro e inequívoco acto de discriminación. “La palabra mogólico usada como insulto tiene un fuerte impacto sobre la dignidad de las personas con síndrome de Down, quienes son estigmatizadas por una palabra que en el uso actual esconde la perversidad de pensamiento binomio respecto de qué es normal y qué no”, especifica ASDRA (Asociación Síndrome de Down en la República Argentina).¿Y este señor aspira a ser presidente de Argentina, luego de hacer ostentación de semejante ignorancia, agresividad y marginación?Manejo un centro cultural en La Plata en el que niños, niñas y adolescentes con síndrome de Down toman clases de teatro. El grupo se llama “Axolotl”, y su profe, Lucas Arévalo. Justamente, el domingo próximo montan una obra de Oscar Wilde, a la gorra. Resulta maravilloso verlos en acción. Su entusiasmo, su compromiso, el espíritu de cuerpo, las familias que acompañan y alientan. ¡Tanto que aprender de todos ellos! ¡Tan luminosos se los ve! Qué contraste con la oscuridad del candidato desbocado, violento, agresivo, que mucho podría aprender de esos seres que carecen de malicia. Y de nada sirven las disculpas posteriores. Lo dicho, dicho está.

Diario Clarín, 8/9/2023