Hay algo mucho peor que padecer inseguridad, no llegar con el sueldo o la jubilación ni siquiera a mediados de mes, no poder circular libremente por los piquetes, ir a despedir a hijos y nietos que emigran en busca de un mejor futuro. Peor que todo eso es el sistemático “gaslighting” a que nos somete este des-gobierno. “Hacerle luz de gas a alguien”, según la Real Academia Española, es “intentar que dude de su razón o juicio mediante una prolongada labor de descrédito de sus percepciones”. Eso es precisamente lo que hacen Alberto Fernández y su vocera cada vez que hablan.  Cuando el Presidente afirma que la suba de precios se debe a una “cuestión autoconstruida que radica en la cabeza de la gente”, o cuando Gabriela Cerruti asegura que la inflación es problema de los medios, lo que intentan es hacernos creer que en Argentina está todo más que bien y que debemos ajustar nuestra visión distorsionada de la realidad. O sea, nos toman por estúpidos. Subestiman nuestra inteligencia. Esfuerzo digno de mejor causa. 

Diario Clarín, 20/2/2023