Lo voté a Macri hace 4 años y el domingo, a pesar de mi profunda decepción. Pero en el fondo siempre supe que estas PASO le iban a dar un merecido sopapo al gobierno. Porque la gente, el pueblo en su inmensa mayoría, está muy mal. Y poco le importa a la mayoría que los candidatos kirchneristas estén salpicados de corrupción. Porque si bien el rumbo que inició Cambiemos puede ser el correcto, lo cierto es que la gente tiene que comer todos los días, tiene que sobrevivir hoy, no dentro de 4 años. Hay cosas que no pueden esperar. El hambre no espera.

Esta gestión no supo sacarles jugo a sus logros. Algo de “autobombo” es necesario y la comunicación falló en ese sentido (y en tantos otros). Estas últimas semanas nos enteramos de importantes obras realizadas, sí, pero era demasiado tarde. Cambiemos le dio ventaja a la oposición, le puso alfombra roja, le facilitó este triunfo, les allanó el camino. Si la fórmula F&F se consolida en octubre, esperemos que sean una versión mejorada de sí mismos, transparentes, autocríticos, honestos, no vengativos y abiertos al mundo.

El pueblo se expresó inequívocamente. Todo dicho. Vox populi, vox Dei..

Publicado en Clarín