En rigor, los políticos que pretendan suceder al actual gobierno a partir del 2015, deberían estar sumamente agradecidos a la gestión de CFK. Si son mínimamente perspicaces, y analizan pormenorizadamente el “modus operandi” del kirchnerismo, ya deben haber aprendido todo lo que NO deben hacer a futuro. A saber: la confrontación permanente de nada sirve, más bien hay que procurar lograr consenso y colaboración, aún de los opositores (dialogar no es mala palabra). La prensa libre no es el Cuco ni inventa problemas donde no los hay, sólo los refleja. No conviene aislarse del mundo, puesto que vivimos en una aldea global, donde la interdependencia de los países es más que evidente y necesaria. Tampoco conviene tener un doble discurso (uno para la tribuna y otro para los que cortan el bacalao), ni variar de posturas casi hormonalmente, de la noche a la mañana. No es bueno “dibujar” los índices de inflación, pobreza, inseguridad, deserción escolar, etc., porque los ciudadanos no comemos vidrio. No sirve de nada “alquilar” una hinchada que los alabe, vitoree y aplauda, porque suena impostada y puede cambiar de bando, siguiendo al mejor postor. Ojo con meter la mano en la lata. Estamos todos muy atentos, y la tecnología nos ayuda a convertirnos en espías amateurs. Además, ya habrán visto que nunca falta una ex despechada que –movida por el rencor y los deseos de venganza- deschava a los ladrones de Bancos y a los de guante blanco sin piedad, y a los cuatro vientos. Y desde que el Papa Francisco inició su Cruzada contra la corrupción, la cosa está que arde. El campo tampoco es el Cuco. Somos un país agricolo-ganadero, no Japón. Otro tip: conviene abrir más fábricas, en lugar de fabricar vagos. Rinde más.
En fin, si yo fuera candidata 2015 (¡Dios no lo permita1), tomaría en cuenta al menos algunos de estos consejos, extraídos de la simple observación de la “década ganada”.