• ¿Les dije o no les dije? Perdió como en la guerra.
  • ¿Quién, Nelly? Ponénos en tema, please. No arranques en frío, como siempre.
  • Trompita, quién va a ser. El yosapa anaranjado.
  • Como en la guerra, no. Cabeza a cabeza, mas bien. Todavía están contando los votos.
  • ¡Claro! Porque al Pato Donald le agarró tremendo berrinche. No se banca ser un “loser”.
  • Y para colmo de males, la jermu le cuelga la galleta.
  • ¡Qué expresión más moderna, Ketty!
  • ¿Le pidió el divorcio la Melania? Se va a quedar con una buena tajada. Seguro que la Rosenfeld ya le ofreció sus servicios.
  • Pobre Melania. Más que merecido. Premio al aguante, chicas. ¿Se imaginan lo que debe haber sido convivir con ese tipo? Fanfarrón insoportable. Ojalá se le caiga el jopo.
  • ¿La vieron a su asesora espiritual, la multimillonaria televangelista, pidiéndole a los ángeles de Africa la victoria para su cliente? Paula White se llama la mina.
  • White, obvio. Nunca contrataría a ninguna Black, el racista Trompita.
  • Él pensó que seguía protagonizando un “reality show”, y que era dueño del canal.
  • Hablando de la tele, ¿vieron que últimamente abundan los conductores sádicos, que gozan con el sufrimiento ajeno?
  • Tinelli no está al aire, que yo sepa.
  • No está pero hizo escuela.  Me refiero a gente como Pampita, que te entrevista con cara de angelita, mete el dedo en la llaga, y lo revuelve hasta producir una hemorragia y un mar de lágrimas y cataratas de mocos.
  • ¿Y quién más?
  • Andy en su “PH”. Pasa de “¿Cuál es el lugar más raro donde tuviste sexo? a “¿Se murió tu papá/mamá en plena pandemia, no? ¿Qué sentiste?”
  • Para mí que se lo advierte a los participantes fuera del aire.
  • No creo. Son todos golpes bajos para medir mejor. Cuanto más llore el invitado, más rating.
  •   ¿Vieron que pasamos del DISPO al ASPO?
  • Al revés, Rita. Del ASPO al DISPO.
  • ¿No son el mismo perro con distinto collar?
  • Maso. Antes estábamos aisladas. Ahora, distanciadas.
  • ASPO me suena a “paspada”. Y DISPO a “dispuesta” a enganchar algo.
  • Tenés más hambre que radical del ’30, Nelly. Disimulá un poco.
  • Yo estoy en la fase POLA: más pobre que una laucha.
  • Y yo en la GORGADA: más gorda que gata castrada.
  • Ya se viene la vacuna, chicas. Preparen las nalgas.
  • ¿Te la van a dar en la cola? ¿Cómo sabés?
  • No sé, ni idea. Pero la vi a Flor Peña en la tapa de una revista, casi en bolainas, con el traste en primer plano, diciendo: “Yo me vacuno. Me re contra vacuno. Me súper mega vacuno. Es más, me doy la rusa, la occidental, la oriental, la de Biden, la de Trump. Siempre fui muy vacunable”.
  • Ah, pero creo que se refiere a otra cosa. Tirando al memorable hit: “Marta, sos la número uno. Marta, cuando pueda te vacuno.” ¿Cazás la onda, Mechi?
  • Ah, qué picarona, mirá vos. Sputnik se llama la rusa, ¿no?
  • Sí, como la nave que pusieron en órbita en 1957, con la pobre perrita Laika de pasajera.
  • Yo no había nacido.
  • ¡A otro perro con ese hueso, amiga! Acá todas le pisamos los talones al septuagenario Biden.
  • Chicas, creo que llegó la hora de dejar de zoomearnos. Podemos vernos las caras embarbijadas y empantalladas, al aire libre, cada cual con su termo y su mate, sin besarnos ni toquetearnos
  • Pasemos a la fase MINOTO: miráme y no me toques. ¡Chin, chin!