por Irene Bianchi
       ¡Qué lukete, Porota! ¡Nunca te había visto de yoguineta! ¿De dónde venís?
       ¿Te gusta? Del gym. Me anoté en “spinning”.
       ¿Y qué se te dio? Que yo sepa, la bici fija la usás de perchero en tu casa.
       Que quede entre nosotras, pero me enteré que las minas podemos experimentar orgasmos haciendo actividad física. ¿No es genial?
       ¡Ah, chanchita! Ahora entiendo el arranque deportivo.
       Chicas, no quisiera pincharles el globo, pero seguro que es otro cuento chino de esos investigadores de universidades yanquis que están al dope, y de aburridos nomás inventan teorías estrafalarias! ¡Vos te comés cada bolazo, nena!
       Pará, pará, que un sexólogo local avaló esa hipótesis. Parece que al contraer los músculos pubocoxígeos, que están en el piso de la pelvis, se desata el placer sexual. No es tan descabellada la idea si te ponés a pensar.
       ¡Pero qué papelón si el clímax te agarra en medio de una clase, rodeada de gente!
       No. Como la música está alta, podés gritar como loca, que nadie te mira.
       ¿Saben cómo le dicen los franchutes al orgasmo? “La petite morte”. La pequeña muerte. ¿Porque vieron que es como si espicharas?
       A mí no me mires porque no sé muy bien de qué estás hablando.
       Vos debés tener anorexia sexual, Chola. Deberías consultar a un profesional.
       ¡Estás loca! ¿Qué le digo? “No tengo ganas, Doctor”. Y tampoco con quien.
       Hacé unas cuantas series de “abominables”, Cholita. Te endurecen la buzarda y en una de ésas, ligás el “bonus track” que descubrió Porota. Dos por uno.
       ¿Se imaginan si los gimnasios aprovechan la volada y empiezan a manejar este dato como gancho publicitario, para atraer más clientas? ¡Un descontrol!
       Hablando de sexos, en algunas escuelas de Inglaterra proponen separar a los varones y a las mujeres, como en los viejos tiempos.
       ¡Qué antigüedad! ¿A quién se le ocurre semejante retroceso?
       Es que parece que entre los 9 y los 16 años, los ritmos de crecimiento y maduración son muy distintos. Hay una “brecha de género” que beneficia a las chicas, que aprenden más rápido, y se atrasan si están en clases mixtas.
       Los que atrasan son los que proponen ese disparate. La función de la escuela no es sólo trasmitir contenidos, sino propiciar la tolerancia y la buena convivencia.
       Sobre todo hoy en día, que a muchos locos piromaníacos se les ha dado por calcinar a sus mujeres, ¿vieron? Volvimos a la época de Juana de Arco.
       El que está en llamas es Moreno. Ahora dicen que se las agarró con los yerbateros y el Gobernador de Misiones. Más que “cerrojo”, con él habría que implementar el operativo “mordaza”, así no se va de boca tan seguido.
       Lo que más me molesta es que nadie le tire la oreja. Al fin y al cabo, es funcionario de este Gobierno. El que calla, otorga.
       Debe haber cada rosca entre bambalinas que ni te cuento. Ahora más de uno salió a aclarar: “Yo no pongo las manos en el fuego por nadie”. Por algo será.
       ¿Rosca? ¡Me hiciste acordar! Tengo que ir a comprar las cosas de Pascua.
       Pasá primero por el Banco, porque todo subió casi un 30% .
       O sea que llenar la canasta te sale un huevo de Pascua. Y de los más grandes.
       Prefiero invertir esos dinerillos en pastillas antiarrugas. No serán tan sabrosas como los confites de chocolate, pero te dejan lisita, lisita. Propongo un brindis por el ácido hialurónico. ¡Chin, chin!