¡Ay, chicas! ¡Éramos pocas, y
apareció una nueva grieta!
¿Otra más? ¿Lo decís por
Alberto y su entorno?
Eso estaba cantado. Era una bomba
de tiempo. La fórmula presidencial siempre me pareció un “marriage
of convenience”.
Hablá en criollo, please.
Un matrimonio por interés, por
conveniencia, no por amor. Una fórmula muy inteligente que ideó
Cris para volver a la palestra. Y bien que lo logró.
¿Vos decís que ya son una bolsa
de gatos? Si recién arrancaron. Ni 2 meses llevan.
Lo que pasa es que, así como hay
muchos tipos de dólar: mayorista, minorista, blue, soja, solidario,
y la mar en coche, también hay una variedad infinita de peronistas.
Los clásicos, los tradicionales, los K, los ultra K, los conservas,
los de derecha, los de izquierda, los del centro.
Pero supongo que no le pondrán
palos en la rueda a Alberto, ¿no?
Y, no sé. A poco de que
escucháramos los comentarios de la Vice vinculando los ancestros
de Mauri con la mafia italiana, el Presi se reunió con el
Embajador de Italia y destacó “el aporte de la comunidad italiana
y sus valores para el desarrollo de la Argentina.” Recalculando,
diría la gallega.
¿Lo hizo para calmar los ánimos,
decís?
Ponéle. O para no echar más leña
al fuego.
Mientras Presi y Vice no se
peleen a lo Pimpinela… Igual no hablaba de esa grieta.
¿Los pro Fabiola versus los pro
Juliana? ¿Los luquetes de las Primeras Damas?
Tampoco. Frío, frío.
Esperá. A ver si adivino. ¿Entre
veganos y carnívoros?
Yo si no como más carne es porque
no me da el bolsillo, no por una postura ideológica.
Como si la verdura fuera barata,
¿no? Ni hablar de lo orgánico. Una fortuna.
No, chicas. Hablo del feminismo.
Cero sororidad entre nosotras, las minas. Nos estamos morfando
crudas. Nos criticamos y juzgamos sin piedad.
¡Ah! Lo decís por Jimena Barón
y su polémico marketing. La hicieron pelota.
Peor. Fue un linchamiento
mediático. Un escrache espantoso.
Miss Bolivia salió en su defensa.
Y acuñó una nueva palabra. Dijo que pegarle a Jimena es
“soretismo”. Me gustó el neologismo.
Bueno, es el riesgo de mostrar
toda tu vida en las redes, desde el momento que te levantás hasta
que te vas a dormir. Hacés de tu vida un show público, y te
exponés a la mirada del otro, a su juicio. Pertenecer al gran
circo romano tiene su precio.
Pero lo que digo, chicas, es que
las minas somos malísimas entre nosotras. Nos despellejamos con
prisa y sin pausa. Más machirulas que los propios machirulos.
Convengamos que si nuestros hijos
varones son machistas, la culpa es nuestra, la manera en que los
criamos.
No tanto en las nuevas
generaciones, Leti. Hoy los pibes y los maridos comparten las
tareas. Cocinan, limpian, lavan los platos, ponen y sacan la mesa,
cambian pañales, hacen mandados, nada que ver con nuestra infancia,
cuando los roles estaban más marcados y estereotipados.
Todo bien, pero lo de la Barón
saturó. Cadena nacional. Hasta en los noticieros. Como si no
hubiera temas más importantes. Un culebrón sobreactuado por donde
se lo mire.
¿Y de qué querés que hablemos?
¿Del Coronavirus? ¿Del FMI? ¿Del default? ¿De la falta de
rumbo? ¿De la incertidumbre? ¿De la violencia? Es mejor
distraerse con boludeces.
Sabias palabras. Bienvenidas las
cortinas de humo para vivir cómodamente en las tinieblas. Ahoguemos
las penas con una cosecha tardía. Como nosotras. ¡Chin, chin!