• ¡Noooo! ¿Vos también te estiraste, Mabelita? ¿Qué te hiciste en la cara?
  • ¡Ay, nada, che! Me sujeté el pelo con invisibles. ¿me quedó muy tirante?
  • ¡Qué susto! Pensé que habías caído en la adicción de las famosas.
  • ¡Ni loca, Moni! Mirá cómo quedó la Thurman, con lo linda que era.
  • ¿Qué bicho les picó a estas minas? ¿La avispa del riojano patilludo?
  • No sólo a las minas. El 10 también se sacó bolsitas, papada, etcétera.
  • Porque tiene una pendeja al lado y él está chacabuco. Por eso.
  • ¿Vos te crees que esa pendex lo va a dejar, aunque esté gordo y feo? Se sacó la lotería, la morocha arrepentida. Él casi la manda en cana, y ella vuelve, mansita. Dignidad cero.
  • Más de uno tiene dignidad cero hoy en día. Hay candidatos que se dejan basurear, ningunear por su Jefa, y ni mosquean. Tanto felpudo da calambre.
  • Y bueno … ¿Qué querés? … Hay que entenderlos. Están en la recta final.
  • Hablando de recta final, ¿vamos a la marcha del 18?
  • Yo todavía no sé. Estoy en duda.
  • ¿Por qué?¿Te convencieron que va a ser una marcha opositora y golpista, gila?
  • No, no es eso. Me queda claro que es un homenaje y un pedido de justicia. Pero ¿vieron lo charleta que soy yo, no? Y parece que hay que estar en silencio. No sé si me lo banco. ¿Más de una hora sin hablar? Me agarra el síndrome de abstinencia.
  • No es para tanto, che. ¿Acaso vos no vas a misa todos los domingos?
  • Sí, pero ahí rezo. Acá hay que estar con la “bocca chiusa”.
  • Mirá que no es el silencio del que no tiene nada que decir, ni el silencio del cobarde. Es un silencio respetuoso, cargado de contenido. Un silencio elocuente
  • Coincido. Tengo el pálpito que va a ser el silencio más ruidoso de la historia.
  • Pregunto, si al lado se me pone un jovencito musculoso, o un señor apetitoso, ¿le puedo preguntar la hora en voz baja? Digo, para romper el hielo …
  • ¿Pero vos vas a levantar o a expresarte?
  • ¿Qué? ¿No puedo matar dos pájaros de un tiro? Mirá si conozco al hombre de mi vida. Un regalito post- San Valentín.
  • Hagamos un trato. Si me acompañás a la marcha, te invito a ver esa peli onanista de la que todos hablan.
  • ¡Ay! No sé. El libro me encantó. Tengo miedo que la peli me desilusione.
  • Chicas, sean sinceras: ¿a alguna de ustedes les gustaría que un tipo las ate con esposas a la cama, o les pegué con un látigo? ¿Son todas masocas, o qué?
  • Un tipo cualquiera, desde ya que no. Ahora, si es tu pareja …
  • Pero ¿con qué necesidad? ¿Qué tiene de malo hacer el amor a la vieja usanza?
  • ¡Vamos, Leti! No te hagas la mosquita muerta. ¿Te acordás cuando vimos “Emmanuel” en Punta, porque acá estaba prohibida? ¿O “El último tango en París”, con ese uso tan peculiar que hacía Brando del pan de manteca?
  • Y bueno, ¿qué querés? Veníamos de una época de represión sexual fatal.
  • Yo hasta un antifaz, me banco. Siempre y cuando pueda espiar un poquito.
  • Util si el chabón en cuestión es un bagarto. Ojos que no ven …
  • Latigazos, no. Me harían acordar cuando mi viejo me perseguía con el cinto.
  • ¡Con razón te gusta correr! Ahí te hiciste maratonista, ¿no?
  • Y sí. Me entrenó sin proponérselo. Eso y años de correr la coneja.
  • Chicas, brindo por Martin Luther King y su “silencio de los justos” Chin,chin!