por Irene Bianchi
  
                ·     Chicas, ¿qué me cuentan del escándalo de Mrs. Robinson? No quisiera estar en los zapatos del premier norirlandés.
·       ¿Vieron que la realidad supera la ficción? Al lado de esto,“El Graduado” quedó a la altura de un cuentito de hadas.
·       Y Simon y Garfunkel, más que agradecidos, porque la canción que compusieron allá por el ‘67 volvió a convertirse en un “hit” de la noche a la mañana.
·       A mí lo que más me indigna es que esta mina se las daba de ultra puritana. Se autodefinía como “un adalid de la rectitud moral”. Hasta llegó a decir que los homosexuales debían “someterse a tratamientos para superar su desviación.”
·       Ya sé que las comparaciones son odiosas, Mecha, pero esta semana el Papa arremetió otra vez contra el matrimonio gay, considerándolo tan peligroso como el calentamiento global.
·       No sé que es peor: si el calentamiento cerebral o el de las partes pudendas.
·       El de la azotea es más peligroso, porque te achicharra las neuronas y decís cualquier huevada.
·       Pero la mina ésta parece que les dio al padre, al hijo
·       ¡Dejálo ahí, blasfema!
·       Confiesen, chicas. ¿Ustedes nunca se ratonearon con un carnicero? Tanto embutido, tanta morcilla colgada, tanto chorizo, tanta salchichita parrillera…
·       Sin desmerecer al choricito bombón ni a la salchicha de copetín
·       Además esos tipos son rudos, fornidos, fibrosos, salvajes…
·       ¡Aflojen, muertas de hambre! Ni que hablaran del hombre de las cavernas.
·       Tampoco son coiffeurs ni diseñadores de interiores, ¿no? Convengamos que curten un look más rústico, más básico, más varonil.
·       Volviendo a la diputada en cuestión, ¿ella no se hizo cargo del pibe cuando murió el padre? ¿No era una especie de tutora o segunda mamá?
·       Justamente, y al chico se le despertó el Edipo y se la transó.
·       Eso no es todo. También le consiguió plata a su joven amante, para que abriera un café. Ahí se destapó la olla.
·       Hablando de trampas de alto nivel, otro que volvió a las andadas fue Bill Clinton. No escarmentó con el affaire del Salón Oval. Ahora la corneó a Hillary con la actriz Gina Gershon, cuando su jermu estaba en plena campaña presidencial.
·       Pero convengamos que, para la opinión pública, sigue siendo más censurable y reprobable la infidelidad de una mujer que la de un tipo. Esta sociedad es machista. El hombre queda como un vivo bárbaro; la mujer, como una atorranta.
·       No sólo eso. Un sesentón que sale con una pendeja es un ídolo. Una sesentona en la misma situación, una reventada patética. Aunque la mina esté en forma.
·       El que no da pie con bola es Tiger Woods. Ahora se rumorea que también tuvo sexo con hombres. Parece que no le hace asco a nada el chabón.
·       Mel Gibson salió a defenderlo. Dice que la prensa se ocupa de los líos de alcoba del golfista, para no hablar de los 30.000 soldados que Obama acaba de enviar a Afganistán. En definitiva, todas son cortinas de humo para distraer a la gilada.
·       A nosotros nos tocó Ricky Ricón ¿qué se le va’cer?
·       Ricky Fort, bolú! Sigamos anestesiados, mientras se nos quema el rancho. ¡Chin, chin!