-Lo único que nos faltaba, chicas. Tinelli candidato a Presidente.

-¿Del club de sus amores, Sari?

-¡No! Presidente de todos los argentinos. San Lorenzo le queda chico.

-¿Me estás jodiendo? ¿Eso dijo?

-No con todas las letras. Pero ya apareció en Tilcara, alzando niñitos pobres, y haciendo públicas sus donaciones a lugares carenciados. Lo típico de la demagogia de campaña.

-No es por defenderlo, amiga, pero ¿qué le hace una mancha al tigre? Quiero decir, hemos tenido a un playboy “yiojano”, un radical desorientado, un Pingüino que hacía malabares con el bastón de mando, una megalómana arquitecta egipcia, unos “boys” paquetes egresados de escuelas caras con poco rocío y menos contacto con la realidad. Nos faltaba un conductor televisivo exitoso y ¡Bingo! ¿Quién te dice? Este tal vez la pegue.

-¿Y quién será su Jefe de Gabinete? ¿La enana Feudale? ¿O los mellizos Fede & Chato?

-No tanta risa, amigas. ¿Acaso Trump no salió de un reality? Y miren adónde llegó.

-Convengamos que la complicada situación actual es buen caldo de cultivo para que aparezca cualquiera que nos endulce un poco los oídos y nos engrampe como el mejor.

-Asocio lo de “endulce” con Sugar. ¿Vieron que se separaron otra vez?

-Esos dos me tienen los ovarios al plato. No les creo nada a Laurita y Carmencito.

-El mini Bal es un depredador serial. Algo nos pasa a las minas argentinas si lo consideramos un sex symbol. Se nos atrofió el gusto.

-¿Habrá terceras en discordia?

-Nada me importa menos. Miento. El Mundial va primero.

-La que no para de derrapar es la Chiqui. Creo que llegó la hora de retirarse.

-¿Por qué? ¿Se mandó otra metida de pata?

-Sí, y nada menos que con Belgrano, mi prócer favorito.

-La vi. Le preguntó al historiador invitado si era cierto el rumor que hablaba de su supuesta homosexualidad.

-¿Y si el invitado no tenía ganas de salir del closet?

-¡No, mensa! Lo que Mirtha preguntó fue si Belgrano era gay, porque tenía voz aflautada.

-¿O por las calzas que usaba?

-Y después la conductora acotó: “¡Qué feo, no?!”, olvidándose que a su mesa también estaban sentados Flavio Mendoza y Jay Mamon, que la acuchillaron con la mirada.

-Sí, pero enseguida se arrepintió, y agregó: “No tiene nada de malo. Yo los adoro”.

-Sí, claro, como quien dice: “Yo soy re abierto. Tengo un amigo judío, otro negro y otro gay”. ¡No aclare, Legrand, que oscurece!

-¿No tendrá una lesión en el lóbulo frontal que la hace inimputable? Como si no tuviera filtro ni auto censura. La lengua le funciona más rápido que la prudencia a Mirtha.

-Ni hablar de la lengua karateka de “La One”. Moria lo destronó a Marcelo porque le echaron flit del Jurado y además le deben un fangote de guita.

-No sé ustedes, pero el programa de la Casán me parece un bodrio. Estoy harta de las panelistas cotorras, que cacarean todas a la vez. Insoportables.

-Pero nadie se anima a pegarle, porque le tienen miedo. No es como a Pampita –la autor referencial- que le dan para que tenga y para que guarde, sin una pizca de clemencia.

-En cualquier momento, chicas, la mono gestual hija de Susana Giménez protagoniza una secuela del cenicerazo proyectil.

-¿Está enojada con Roviralta?

-¡No! Con su ex, Celasco. Según Mecha, le afanó millones.

-En todo caso, se los afanó a la Su, porque a la nena no se le conoce ningún laburo.

-Destino típico de hijos de ricos. Ahora que pienso, la tatuada Cande Tinelli puede llegar a vivir en Olivos, si le hacemos caso al rumor.

-Ahí sí que cantaremos a coro: “¡Argentina! ¡Chau, chau, chau, chauuuuuuuuuu!¡Chin, chin!