• ¡Qué semanita, chicas!
• ¿Lo decís por el dólar, Delma?
• En un momento me hizo acordar a los negros 43.70 que fumaba mi difunto marido de joven. Pero después el verde trepó más. Igual no hablaba de eso, sino del festín de papelones con la realeza.
• Es que en Argentina más que protocolo, tenemos proto-culo.
• Una hora tuvieron que esperar los Reyes de España para bajar del avión. ¿A ustedes les parece?
• Peor cuando vino el franchute. Pobre Macron: no había nadie para recibirlo. Sólo un auxiliar de pista. Para colmo, de chaleco amarillo. Casi se vuelve ahí nomás.
• No sólo la escalera ausente. También se cayeron dos banderas en el Palacio San Martín.
• Pero lo más grave, chicas, fue que el Airbus 310 que los traía, se rozó con el Tango 04. Casi revientan todos.
• ¡Mamma mia! No pegamos una. Ni como anfitriones servimos.
• ¿Y nuestra Reina Madre fue invitada?
• ¡Obvio! Dicen que Letizia la quería conocer, pero en el CCK no se cruzaron.
• Ahí no, pero al día siguiente sí, en el Four Seasons. ¡Mirá que se la iba a perder!
• ¿Será cierto que los reyes tienen sangre azul?
• ¡No, mensa! Parece que los nobles demostraban su “pedigree” levantando el brazo de su espada para mostrar la filigrana de venas azuladas bajo su piel pálida. La palidez era un signo de que no se habían mezclado con los moros. Bolazos.
• No son seres de otro planeta, Nelly. Tienen gases, olor a chivo si traspiran, van al baño, hacen número uno y número dos, como el común de los mortales.
• Sí, pero en inodoros de oro, no como el mío, que está todo cachado.
• ¡Qué Cholula que sos, amiga!
• Sí. ¿Y qué?
• Convengamos que las monarquías modernas están más devaluadas que nuestra moneda.
• Ojo que no tenemos el monopolio de las metidas de pata, eh! En el Congreso de la Lengua, Felipe VI rebautizó a Borges. José Luis lo llamó.
• Y el Presidente de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, se refirió a nuestra Primera Dama como Juliana Aguado. Otra “gaffe”.
• Los lingüistas están preocupados porque cada vez usamos menos palabras para comunicarnos, ¿vieron? Las abreviamos, o las reemplazamos con emoticones.
• Una vuelta a los jeroglíficos de los egipcios. Involucionamos, chicas. Patriqui.
• El gran ausente en este Congreso de la Lengua fue el querido Negro Fontanarrosa. ¿Se acuerdan de su acérrima defensa de las malas palabras. Fue en Rosario en el 2004. Maravilloso, incomparable, divertido, desacartonado. ¡Qué vacío dejó ese “canaya”!
• Hay gente que no tiene repuesto. Y siempre se van los mejores.
• Vargas Llosa no se quedó callado. Lo criticó al Presidente de México. Parece que López Obrador le pidió al rey que ofreciera sus disculpas por los abusos cometidos durante la conquista.
• Ahí lo banco al mejicano. Convengamos que los españoles no respetaron a los nativos, los verdaderos dueños de las tierras. Los arreglaron con cuentas de colores y baratijas.
• Esa fue una carta privada que se filtró, pero negar los abusos de la conquista sería una necedad. Fueron okupas, como todos los conquistadores.
• Sacó ventaja el peruano. El próximo Congreso de la Lengua se hace en Arequipa, su pueblo.
• Una de cal y una de arena. Vargas Llosa lo pasó muy mal cuando lo escracharon en la Feria del Libro en 2011, ¿se acuerdan?
• Seré curiosa: ¿sigue casado con esa pendex?
• ¡Sí! Isabel Preysler. ¡Un minón!
• Mirálo vos al octogenario. Se la banca.
• ¡Mozo! Pisco sour para todas, en honor al galán maduro Premio Nobel. ¡Chin, chin!