• ¡Ay, chicas! ¡Eramos pocos y nos invadieron los mosquitos! ¡Las 7 plagas!
  • ¿Y las otras seis, cuáles serían, Normita?
  • Y, la remarcación de precios, el dólar fugitivo, los políticos alucinados, la improvisación oficial, la canasta escolar y el país en llamas. Podría seguir, eh.
  • A mí me está por agarrar un bajón de aquellos. Se termina “Farsantes”.
  • Esa tira se devaluó hace rato, Elida. Igual que el peso. Se vino abajo, como calzón de meretriz.
  • Sí, pero los que salieron ganando fueron los actores secundarios, que crecieron a lo loco, mientras los protagonistas se agarraban de las mechas y se rajaban.
  •  Muero por saber qué va a decir el gordo Casero cuando le den un Martín Fierro, y se lo “dedique” a Julio Chávez. No se la va a perder.
  • Yo juro y perjuro no engancharme con ninguna otra tira. Pero no me creo nada.
  • Yo empecé a ver “Mis amigos de siempre”, creyendo que se podría parecer a “Friends”. Le erré al vizcachazo. Un bodrio intragable.
  • Sí, lo ví. Una vez. Cabré hace de Cabré, Nico Vázquez de Nico Vázquez; Heredia de Heredia, Solita de Solita, Laport de Laport, y Juanita Viale madera terciada de Juanita. No componen un personaje ni por casualidad.
  • ¿Y “Señores Papis”, qué onda?
  • No son buenos pero están buenos. Luciano Castro es puro músculo y tatuaje. Siempre haciendo de rudo, tirando a hombre de las cavernas.
  • Y ahora se viene “Guapas”, con Araceli, Macedo, Peterson, Julieta Díaz y Erica Rivas. Veremos …
  • Espero que no se parezca a la versión local de “Amas de casa desesperadas”, porque fue un fiasco.
  • Me parece que andamos flojos de guionistas, ¿no? Las historias son berretas, previsibles; al toque te das cuenta de lo que va a pasar. Cero sorpresa.
  • Yo creo que nuestra realidad tan surrealista, es mucho más rica en situaciones bizarras, que cualquier ficción. ¡Hay cada personaje! ¡Cada mascarita!
  • Lo malo es que nos hemos quedado acéfalos de dirección en esta tragicomedia argentina. No hay nadie a cargo.
  • ¿Tragicomedia? No sé. Más bien un sainete. O un grotesco criollo. O un vodevil. Cuesta ensasillarnos en un solo género.
  • Y nosotros, ¿qué vendríamos a ser? ¿Actores de reparto?
  • ¡No! ¡Ni eso! Apenas extras.
  • ¡Ah! Y los protagónicos son como los de “Farsantes”, ¿no? Todos peleados con todos. Se juntan para la foto y nada más.
  • Algo así. Nunca conoceremos las intrigas palaciegas, lo que pasa entre bambalinas y en los camarines. Secretos de Estado.
  • Y les esta yendo tan mal como al teatro en Mar del Plata. Magras taquillas.
  • ¿Saben qué es lo peor? Que nosotros, los ciudadanos de a pie, somos los productores involuntarios de este bodrio. Los que ponemos la tarasca.
  • De a pie. Nunca más cierto. No sé cuándo volveré a llenar el tanque. La nafta cuesta más cara que un buen perfume importado. Un lujo asiático.
  • Cazá la bici, Normita, que no muerde. Y de paso endurecés las cachas fofas.
  • Fofa tu abuela. Bien duritas las tengo. ¿Querés tocar?
  • No, gracias. Ya bastante te tocan el traste sin pedirte permiso en este íspa.
  • Brindemos. Para que el país deje de ser una teatro del absurdo. ¡Chin, chin!