
La soberbia es mala consejera, Sr. Presidente. No sólo eso. Es también uno de los siete pecados capitales. ¿Lo sabía? Supongo que sí, porque siempre invoca a “Las fuerzas del cielo”. Esa característica suya, entre tantas otras, es una de las razones del fracaso de “La Libertad Avanza” el domingo 7 de septiembre. En rigor, esa libertad de la que Ud. tanto alardea, ha retrocedido, no avanzado. Sus insultos, sus groserías, y su crítica feroz al periodismo, por ejemplo, o a artistas como Lali Espósito que osan expresar públicamente su desconformidad con la gestión, rayan con la censura y están en las antípodas de la libertad. Pareciera que Ud no toma en cuenta que nosotros, los argentinos, somos personas de carne y hueso, Sr. Presidente, no meras cifras en una planilla Excell. No todo es el equilibrio fiscal, si la sociedad hace literalmente equilibrio para mantenerse en pie. Su falta de empatía hacia personas con discapacidad y hacia los jubilados es atroz, casi de película de terror. ¿Será que para Ud y su gabinete el fin justifica los medios? Le aconsejo, Sr. Presidente, que sepa leer el resultado de la votación. Esas urnas hablaron, más bien vociferaron su descontento. Ud. y sus funcionarios ¿serán capaces de recalcular, hacer una autocrítica a fondo, reconocer sus errores, y salir de esa burbuja alejada de la realidad del ciudadano de a pie? ¿Pueden admitir que son los únicos responsables de esta innegable derrota? ¿Propiciarán el diálogo con los adversarios? Tienen que hacer borrón y cuenta nueva, para intentar recuperar algo de lo perdido, que es mucho. Tal vez ya sea demasiado tarde, y habrá sido otra oportunidad perdida.
Diario Clarín, 13/9/2025