¡Qué rápido se recuperan las parejas de la forrándula, chicas! ¡Me da una envidia!
¿De quién hablás, Bety?
De Sabrina Rojas y el musculoso Luciano Castro. Ya cambiaron de monta.
¿Cómo de monta? ¡No seas ordinaria!
Bueno, de pareja quise decir. Ella ahora sale con el Tucu López, otro con tabla de lavar incorporada, y él con Flor Vigna.
Seré curiosa, ¿salen o entran?
¡Sos tan literal!
No me parece mal, chicas. “A Rey muerto, Rey puesto”, decía mi tía. Además, escoba nueva barre bien.
Se ve que nunca barrés, amiga. Las escobas nuevas son re duras hasta que las domás. Ese dicho es falso. Un mito urbano.
¡Andá a saber lo que duran! Y por favor no me respondas: “duran lo que dura dura”, porque me levanto y me voy.
Vos estás fuera de onda. La grosería está de moda. Hay que hablar sin filtro, nena. Sin tapujos. ¿O acaso no escuchaste al que mandó al carajo a los pediatras de la SAP porque pedían más información sobre la vacunación a menores? ¿O a la Vice tratando de “gallinas” a los senadores de la oposición?
¿Entonces vos creés que si millones de moscas comen caca, no pueden estar equivocadas?
Yo no como caca ni como vidrio. Sólo repito lo que escuché. A los que tienen la sartén por el mango…
Y el mango también. Muuuuuchos mangos. Todos verdes, termosellados y enterrados.
Lo más importante que hizo el Senado ese día fue dar media sanción al proyecto de declarar el 22 de noviembre como el “Día Nacional del Kimchi”.
¿El kiwi?
¡No! El kimchi. Un plato coreano a base de una preparación fermentada.
¡Fermentados tengo los ovarios! ¿Por qué no declaran el “Día del ají putaparió”, ya que están. Pienso en la fortuna que ganan esos tipos por calentar sillas en el Congreso y proponer huevadas, y me agarra urticaria. Me broto toda. Me hierve la sangre.
Nuestros “honorables representantes” tienen las prioridades un poco trastocadas. Como los diputados con lo de la ley de etiquetado frontal. Ya sé que hay que hacerlo, pero no antes de parar esta inflación galopante que hace que vayamos al chino con un camión de caudales.
Volviendo al amor y a las gallinas, ¿vieron con quién sale Zulemita?
Con el presidente de River. Un pibe de 72 pirulos.
Otro claro ejemplo de “billetera mata galán”.
Bueno, ella no se cuece al primer hervor. Es del ’70. Ya no es una nena.
¿No la ven muy estirada?
No más que Ricky Martin. Irreconocible el chabón. Los ojos le quedaron achinados, como ranuritas. Lisito como culito de bebé.
Aquí entre nos, ¿ustedes no se harían algún retoque si les diera el cuero?
¡Ni loca! Prefiero mirarme al espejo sin anteojos, así no me amargo. Me maquillo de memoria.
Se nota, Nelly. No lo tomes a mal.
Brindo por las arrugas bien ganadas de una vida bien vivida. ¡Chin, chin!