Dado el actual estado de cosas, con personajes como Cristóbal López y Amado Boudou (entre tantísimos otros) libres, y previas disculpas a los patriotas Vicente López y Planes y Blas Parera, propongo como ciudadana rasa que nuestro glorioso Himno Nacional sea perentoriamente reemplazado por el emblemático tango de Enrique Santos Discépolo “Cambalache”. Sólo cambiaría alguna que otra palabra, para aggiornarlo un poco.
Habría que hablar del Siglo XXI (difícil de rimar, cierto), pero lo demás es un fidedigno retrato de la Argentina de nuestros días: “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor/ Ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador/ Todo es igual, nada es mejor/Lo mismo un burro que un gran profesor/ No hay aplazaos ni escalafón/ Los inmorales nos han igualao”.
Un visionario este compositor, tan vigente. No existe descripción más acertada ni minuciosa. Así estamos: “Revolcaos en un merengue, y en el mismo lodo, todos manoseos”. Y, si se me permite la licencia literaria, echaría mano también a una frase de José Hernández: “Hacéte amigo del juez, no le des de qué quejarse, que siempre es bueno tener, palenque de ande rascarse”. Los recientemente liberados parecen dar fe de ello.