¡Chicas! ¡Ya lo tengo decidido! No pago más un puto impuesto.

-¡Shhhhhh! ¡Esa boquita, Sarita! ¡Te están mirando todos! ¿Qué bicho te picó?!

-Ningún bicho. Me revienta que Cristobalito Tragamonedas esté libre, con toda la guita que se quedó. Y si cualquiera de nosotras se saltea un servicio o un impuesto: guillotina.

-¿Estás proponiendo una rebelión fiscal, Sarita? De jovata te pusiste rebelde y levantisca. Te agarró un Mayo del ’68 repentino.

-Siempre lo fui. La injusticia me subleva. La diferencia es que ahora no me callo. Ya estoy amortizada. Todo me chupa uno de los atributos que no poseo.

-Encadenáte a la AFIP, y llamámos a “Intrusos”, ¿querés? Hagamos lío, como dice tu amigo el Papa.

-¿Saben lo que me temo? Que todos estos Ladri-Vips que están en cana, empiecen a salir de a uno, como que aquí no ha pasado nada. Los Jueces nos hicieron creer que caería sobre ellos todo el peso de la ley, y ni cosquillas. Fuegos de artificio para la gilada, o sea, nosotros.

-¡Chocolate por la noticia! Siempre nos cuentean. Somos el último orejón del tarro. Nos distraen con cortinas de humo. Y nosotros pisamos el palito.

-¿No lo escucharon al petiso Luis Juez? Cristóbal denunció que no había estado detenido sino secuestrado. A lo que Juez, rápido y ladino como siempre el cordobés, acotó: “Y … Habrá pagado el rescate”. A buen entendedor …

-Y no se extrañen que pronto larguen al otro López, el de los bolsos, amigo de las monjitas; a Báez, el empleado de Banco que hizo carrera; a Parrilli (cariñosamente “pelotudo” según su ex Jefa CFK) y tantos otros. Es una joda.

-Y vos ¿qué proponés, Sarita? ¿Que nos declaremos en franca rebeldía?

-Yo digo que el pescado se pudre por la cabeza. Y que la ley debe ser pareja para todos, millonarios, poderosos y lauchas, como nosotras. Y que necesitamos ejemplos para seguir creyendo, para confiar.

-Vos defendés mucho al gobierno, nena, pero hay unos cuantos funcionarios de tu adorado Mauri con guita afuera. Esos tampoco predican con el ejemplo.

-Claro que no. Y menos, si no la habìan declarado antes.

-Todos tenemos un muerto en el placard y algunos verdes debajo del colchón, chicas, o en alguna maceta. No seamos hipócritas. El canuto es como el dulce de leche, el bondi y la birome: bien aryentain.

-Es que este país es tan poco confiable, que se hace lo que se puede para sobrevivir. Expertos en sálvese quien pueda somos.

-No confundas el país con quienes lo gobiernan. Los que son poco confiables son ellos, los administradores de turno. No pongo las manos en el fuego por ninguno. El Poder y la tarasca los corrompe.

-Pero no vienen de otra galaxia. Los parimos nosotros: los giles, los nabos, los que no evadimos ni afanamos.

-Mal de muchos consuelo de Parrillis, chicas. Peor lo está pasando Mark Zukaritas, el cráneo de Facebook.

-¡Zuckerberg, burra! ¿A ustedes las espiaron? ¿Les usaron los datos?

-Ojalá. Yo no tengo nada interesante que ocultar. Por mì, que me revisen todita.

-Tenés más hambre que radical del ’30, Olguita. Disimulá un cachito.

-Armemos un nuevo partido: “Rebelvet” (Veteranas en rebeldía). ¡Chin, chin!