Estimada lectora su carta ha sido seleccionada como una de las mejores del año, por lo que se la invita a participar del encuentro que haremos el 11 de diciembre, a las 19, y en el que se rememorarán y compartirán testimonios e historias. «Las mejores cartas del año», es un clásico de Clarín que se repite desde hace ya una década en el que habrá un brindis y una foto conjunta con los otros lectores. La reunión se realizará en la sede del diario, Tacuarí 1842, y se extenderá hasta las 22. Esperamos su presencia. Por favor le solicitamos responder lo antes posible a este mail y facilitarnos un número telefoníco de contacto. Desde ya muchas gracias.
Estimada Irene: ha escrito cartas excelentes y merece holgadamente la distinción. Elegimos una, arbitrariamente. Pero nos pareció que el tema de la censura y el humor para un gobierno que abusa de la primera (en forma encubierta) y detesta lo segundo, reúne los requisitos necesarios. Nos veremos en el diario, entonces…Si es que no lo han intervenido o algo así. No se asuste es un poco de humor (negro) para estar a tono con su carta. Saludos cordiales, Osvaldo Pepe

«Defendamos a capa y espada el humor político» 
“Pocas cosas en la vida son tan importantes como un buen sentido del humor”, decía sabiamente Mark Twain. En efecto, el humor nos salva, aún inmersos en situaciones trágicas. Y afortunadamente, los argentinos conservamos, contra viento y marea, un sentido del humor muy nuestro, que nos ayuda a desdramatizar y digerir hechos para nada placenteros. ¡Qué suerte que, a pesar de todo, seamos capaces de ironizar y tomar ciertas cosas en solfa! Es un mecanismo de defensa, un modo de supervivencia muy valioso, que no debemos perder. Y el humor político es nuestra especialidad. ¿Cómo olvidar la magistral “Tía Vicenta”, una joya de la sátira? ¿O la “Revista Humor”, valiente en sus humoradas durante la dictadura militar? ¿O el genial Tato Bores (con un sucesor de lujo, columnista de este diario), y sus desopilantes monólogos? Sin omitir a los legendarios capocómicos de la Revista Porteña. De ahí que, cuando estos días se levantó semejante polvareda por la imitación de Capitanich a cargo de Oggi Junco en el programa de Lanata, que hasta llevó a los legisladores del Chaco a reunirse durante 3 horas y exigir un desagravio, eso sí pareció un chiste, y de mal gusto. Como si esa provincia no tuviera asuntos realmente acuciantes que resolver. ¿Pueden ser tan solemnes como para tomárselo a pecho? Por otra parte, si hablan de falta de respeto, ¿no es acaso una falta de respeto haber “dibujado” durante años las cifras de inflación, inseguridad, y pobreza? ¿No es una falta de respeto admitir recién ahora, tibiamente, que las fronteras son un colador, que hay pistas clandestinas y problemas con la radarización? ¿No es una falta de respeto que el Jefe de Gabinete descalifique desembozadamente a los miembros de UNEN desde su estrado en Casa Rosada? ¿No es una falta de respeto que la Presidente minimice el índice de criminalidad, diciendo que “no hay nada nuevo bajo el sol”? ¿Acaso una caricatura, una imitación, son comparables a semejantes aberraciones? El humor político es un bastión que debemos defender a capa y espada, es lo poco que nos queda. Resulta un preocupante signo de totalitarismo que se intente descalificarlo y censurarlo.¡Aguanten los Sebastián Borensztein, los Nik, los Sabat, los Quino! Son el mejor antidepresivo del mercado. Sin contraindicaciones ni efectos secundarios.