Si yo estuviera cara a cara con Alberto Fernández, le haría varias preguntas: ¿señor Presidente, conoce el dicho “no hay que contar plata delante de los pobres”? ¿Y aquel otro: “además de serlo, hay que parecerlo”? ¿Era necesario viajar a Estados Unidos con una comitiva de 47 personas? ¿Eran todas ellas imprescindibles, indispensables? ¿No es momento de dar muestras de austeridad?¿Qué sentido tiene esa foto suya, sonriente, probando una guitarra Gibson en un local de New York? ¿No le parece un tanto frívola y banal para quienes vivimos en un país -el país que usted gobierna- con un 50% de pobreza y una inflación que nos come el salario? ¿Cómo se sentiría en nuestro lugar, en los zapatos del ciudadano común, que hace malabares para llegar a mediados de mes? ¿No fue suficiente con la inoportuna fiesta de Olivos de Fabiola en plena pandemia, cuando nosotros ni siquiera podíamos despedir a nuestros muertos? ¿Ninguno de estos hechos le genera pudor, culpa, una pizca siquiera de vergüenza?
Diario Clarín, 28/9/22