Final feliz. Encontraron a Maia Beloso con vida. Excelente noticia. Ahora bien, creo que habría que aprovechar esta circunstancia para analizar varias situaciones verdaderamente preocupantes. En primer lugar, esa niña y sus 5 hermanitos viven en situación de calle. ¿Cómo es eso posible? Entiendo que un adulto puede elegir hacerlo, ¿pero una criatura? ¿Dónde está el omnipresente Estado? ¿Dónde están los asistentes sociales que deben velar por la integridad de niños y niñas? ¿Puede esto pasar desapercibido hasta convertirse en moneda corriente? ¿También hemos naturalizado esta aberración? En segundo lugar, el canalla que secuestró a Maia tenía antecedentes penales. ¿Por qué estaba libre? ¿Por qué están libres cientos de hombres denunciados por violencia doméstica, por violaciones, por trata, por abusos sexuales? ¿Quién se hace responsable? Nadie. Sólo nos limitamos a llorar sobre leche derramada o festejar algún que otro esporádico final feliz. Tras cartón, damos vuelta la página, y nos olvidamos hasta el siguiente episodio. Seguimos viendo chicos y chicas mendigando en los semáforos, con algún adulto vigilándolos, y no hacemos nada. Luz verde, y seguimos viaje. Creo que todos y todas, la sociedad entera, somos en parte responsables de este lamentable y dramático estado de cosas. Pero, sin duda, quienes están a cargo de la gestión de turno, lo son mucho más.

Irene Bianchi para Clarín