Estaba veraneando en Pinamar en enero de 1997. Estuve ahí el fatídico día en que asesinaron a José Luis Cabezas. Ya han pasado 25 años, un cuarto de siglo, y hoy no hay nadie preso por ese homicidio. Vivo en La Plata y seguí de cerca el proceso a “Los Horneros”. Cómo olvidar el reclamo que le hizo la hermana de José Luis, Gladys Cabezas, a la entonces Decana de la Faultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, Florencia Saintout, por recibir a Horacio Braga, uno de los asesinos. Saintout lo negó, pero queda la duda. La Facultad que ella presidía se convirtió durante su gestión casi en una Unidad Básica, un contrasentido en una institución educativa que debe promover el análisis, el no partidismo, el no maniqueísmo, la actitud crítica y libertad de pensamiento. Lo cierto es que el crimen de Cabezas quedó impune, como el del Fiscal Nisman. A Cabezas lo ajusticiaron por una foto, al Fiscal por una denuncia que iba a realizar pocas horas antes de ser “suicidado”. Argentina: un país sin justicia ni memoria.