“Freddie”. Hernán Piquín, Cecilia Figaredo, Adriel Ballatore Croza, Daiana Ferreira, Federico Acquistapace, Juan González, Juan Pablo Tapia, Lucila Alves, Nicolás Baroni, Nicolás Tadioli, Nicolás Villalba, Nuria Sanromán, Pamela Garegnani, Soledad Bayona, Teresa Sevilla, Yanil García. Dirección general: Ricardo Arauz. Dirección coreográfica: Laura Roatta. Producción general: Marcelo Gallardo, Gabriel García. Teatro Municipal Coliseo Podestá.
«Freddie” es un espectáculo de danza-teatro bello y conmovedor.
Empieza donde todo termina. Se lo ve a Mercury, en su lecho de muerte, rodeado de luces, mientras sus fans lo lloran y los titulares de los diarios anuncian su temprana partida, la partida de un artista que se bebió la vida de un solo trago, vertiginosamente, apasionadamente, visceralmente.
A ese impactante comienzo, le sigue una suerte de racconto, en el que se descubre a la persona detrás del personaje. Farrokh Bulsara –su verdadero nombre- nace el 5 de septiembre de 1946 en Zanzíbar, en ese momento un protectorado británico, ahora parte de Tanzania. Pasa su infancia en Africa y su adolescencia en un internado de Bombay, India (donde fue abusado sexualmente por un docente). Conoce a sumujer, Mary Austin, en Londres, ciudad en la que descubre y abraza su homosexualidad, tras un primer encuentro con un marinero. Luego, la etapa de excesos, orgías, cocaína, descontrol, el diagnóstico de Sida, su agonía y muerte, el 24 de noviembre de 1991, con sólo 45 años de edad, en compañía de su pareja, Jim Hutton.
Hernán Piquín cuenta con el “physique du rôle” perfecto para encarnar a este ídolo de multitudes, líder de “Queen”, banda que llegó a vender 300 millones de albumes en todo el mundo. A este extraordinario bailarín se lo ve consustanciado con su personaje, comprometido, entregado en cuerpo y alma a una composición rica en matices, por momentos exultante, y en otros, presa de contradicciones, luchas internas y culpas.
Está acompañado por un cuerpo de baile de excepción. Su partenaire, Cecilia Figaredo, es otra intérprete de lujo, que se luce en el rol de la Muerte que lo acecha, y termina seduciéndolo.
La proyección en la que se ve a la actriz Anita Martinez, encarnando a su madre, aporta una dosis de ternura y revela un vínculo afectivo trascendental del artista.
El público platense, que colmó la capacidad del Teatro Coliseo Podestá en sus dos funciones, se estremeció escuchando clásicos como: “The show must go on”, “Love of my life”, “Somebody to love”, “Don’t stop me now”, “Radio Ga Ga”, “We will rock you”, “Too much love will kill you”, “Mother Love”, y ese apoteótico final, al ritmo de “We are the Champions”, con Freddie –The Queen- ya convertido en mito, en leyenda viviente.
“Freddie”: un Piquín de colección.