Entiendo todo. El pragmatismo libertario  La pesadísima herencia recibida (pobreza, inflación, inseguridad); las consecuencias del “plan platita” y la emisión descontrolada; los miles de ñoquis; los planes a gente que no los necesita; la superpoblación de empleados públicos innecesarios; la imperiosa necesidad de ordenar, limpiar, purgar, achicar, ajustar. Pero también le recordaría al Presidente MIlei que los ciudadanos no somos guarismos ni abstracciones estadísticas ni garabatos en una planilla Excel, sino seres de carne y hueso (y alma); le recordaría que los jubilados que hemos aportado durante más de 40 años a gatas subsistimos; le recordaría que  la golpeada clase media está en riesgo de extinción. Una pizca de sensibilidad y empatía en la comunicación no nos vendría nada mal, Sr Adorni.  No al extremo de “mentíme que me gusta”, no una demagógica sobadita de lomo, pero de vez en cuando un mensaje de esperanza, un atisbo de luz al final del túnel, un alguito que nos permita seguir confiando que no todo está perdido.

Diario Clarín, 3/2/2024