• ¡Qué bronceado caribe, Adri! ¿Por dónde anduviste, picarona?
  •  Si les cuento, ¿me prometen que no me van a juzgar? 
  • Mmmmm … Si te atajás de entrada, será porque es algo turbio, Roxi. 
  • Turbio, lo que se dice turbio, no. Poco ortodoxo, diría yo. Chanchito.
  •  No te hagas la misteriosa. Largá el rollo de una buena vez. 
  • ¿Oyeron hablar del “Azamara Pursuit”? 
  • ¿Con qué se come eso? 
  • No es un plato. Es un crucero de lujo. Un barco boutique. El que vino a Buenos Aires en enero, después de pasar por Punta del Este y Montevideo. 
  • ¡Ah, sí! ¡El de las parejas swinger! 
  • Ése mismo. Resulta que necesitaban personal, y me anoté. Me llamaron al toque porque hablo Spanglish y cocoliche.
  • ¡No te puedo creer! ¿Para hacer qué te contrataron? 
  • De mesera, mucama, lukyvenga. Una manera de hacer unos verdes y espiar ese mundo. 
  • ¡Qué audaz, amiga! ¿Y? ¿Qué tul? 
  • ¡Alucinante! ¡Un lujo asiático! ¡Cinco estrellas y media!
  •  ¿Y los pasajeros? 
  • Cuando amarró aquí, bajaron unos y subieron otros.
  •  ¡Contá lo más jugoso, Roxi! ¿Vos veías cómo se intercambiaban?
  •  De refilón. Me advirtieron que fuera discreta. Prohibido sacar fotos o entablar charlas con los pasajeros. Pero yo me las ingenié para cazarlos al vuelo.
  •  ¿Cómo funciona el levante? 
  • Para romper el hielo hay un “Meet and greet”, un lugar donde se mezcla el ganado. También hay “pool parties” …
  •  ¿Como el cumple que festejé con ustedes en mi pelopincho, Roxi?
  •  Ponéle, pero a otro nivel. Sin desmerecer lo tuyo, Nelly. 
  • ¿Conociste los camarotes? 
  • Obvio. Parte de mi tarea. Había algunos contiguos, con puertas privadas. Pa’l disimule. 
  • ¿Le diste la cana a algún famoso?
  •  No. Gente común, pero con plata, eso sí. Saladito el viaje. De dos lucas verdes para arriba.
  •  ¿Y qué más había?
  •  De lo que te imagines. Una tarde me tocó barrer el pelo en la barbería. Otro día, llevar batas y toallones al hidromasaje y al gimnasio. ¡Unos papirris, todos musculosos, torneados y sudados! Tenía que controlar la estampida de ratones en mi cabeza. 
  • ¿Alguien se te insinuó, amiga? 
  • ¿Me estás cargando? Con las minas que pululaban por ahí, con unos lomazos para el infarto, ¿quién se iba a fijar en mí? Además mi uniforme no era muy sexi que digamos. 
  • Siempre hay un roto para un descosido. Una nunca sabe. Vos tenés lo tuyo, Roxi. 
  • Un cocinero creo que se me tiró un lance, pero como era japonés, no le entendí ni jota. 
  • Yo una vez me levanté un chabón en el lanchón a la Isla Paulino.  Era autóctono, pero tampoco le entendía mucho. 
  • Chicas, yo también tuve una aventura internacional en enero. ¿Vieron que me tocó acompañar a un grupo de pibes a Bariloche? Bueno, ¡resulta que me topé cara a cara nada menos que con Tamin bin Hamad Al Thani! 
  • Y a ése, ¿quién lo juna? 
  • ¿Cómo? ¿No te suena el nombre? ¡El Emir de Qatar, mensa! ¡El que le colocó la capa a Messi y se abrazó con tu querido Mauri! ¡Casi me caigo de culo!
  •  ¿Le pediste una selfie? 
  • ¿Estás loca? Tenía una docena de guardaespaldas alrededor. No quería terminar en cana. 
  • Bueno, amigas, como ligué propinas dulces en el crucero del amor, hoy pago yo. ¡Chin, chin! 

Diario El Día de La Plata, domingo 22/1/2023