Caminando por una diagonal platense, un joven se acerca y me da un volante. “Coraje y Amor por la Patria. Cristina 2023”. Lo primero que pienso es que si Cristina realmente amara a la Patria, debería dar un paso al costado, como lo acaba de hacer quien ella designó como candidato y hoy ocupa el sillón de Rivadavia. Creo que Cafiero exageró al equiparar el anuncio de Alberto Fernández con «el renunciamiento de Evita». Una sobreactuación kirchnerista más, a las que estamos ya acostumbrados. El volante recibido también reza: “¡Proscripción un carajo!”, como si la Vice estuviera proscripta. Da la sensación que Cristina sólo se ama a sí misma, no al pueblo argentino. De lo contrario, no insistiría en defender y prolongar una gestión que nos ha sumido en la pobreza, la inseguridad, la desesperanza y la angustia. Deberían aceptar su derrota. Desperdiciaron otra oportunidad de “volver mejores”. Las pruebas al canto. Basta echarle un vistazo a la inflación y a la devaluación estrepitosa del peso, para corroborar su fracaso. 

   Diario Clarín, 25/4/2023