…esta vez para  festejar! ¡Qué conmovedora hermandad se manifestó tras el heroico  triunfo de la Selección argentina contra Holanda! Nada de grietas ni de  enfrentamientos. Nada de banderías políticas ni partidarias. Ni de  River, ni de Boca. Ni del Pincha ni del Lobo. Todos saltando de alegría.  Familias enteras, compartiendo en exultante comunión. Autoconvocados,  felices, plenos. ¡Gracias, Pachorra, por este regalo nunca más oportuno!  ¡Gracias por tu humildad no impostada, por tu bajo perfil, por tu  disciplina de trabajo! ¡Gracias, muchachos, por dejar la vida en la  cancha, por jugarse por todos nosotros, por no aflojar! Son un ejemplo,  un símbolo, que ojalá nos contagie al resto. Pase lo que pase el  domingo, ya ganamos.