por Irene Bianchi
 
Año tras año, las propuestas teatrales que ofrece la ciudad, ya sea a nivel comercial como en el circuito independiente, son cada vez más variadas y atractivas, para un público siempre ávido, fiel y consecuente.
En el Teatro Municipal Coliseo Podestá, tuvimos ocasión de ver: “El Show de Hugo Varela”, un “tour de force” de este singular humorista, cantante, músico y luthier de instrumentos estrambóticos, que divierte con su picardía y su personaje de anti-héroe. “Quedate a desayunar”, entretenida comedia protagonizada por Arnaldo André y Eugenia Tobal, dirigida por Rodolfo Bebán. “Valientes”, mediocre excusa dramática para seguir sacándole jugo a la fama de los galancitos del éxito televisivo homónimo de 2009 (Castro, Heredia, Martínez). “Baraka”, magnífica labor actoral de los ex Mosqueteros del Rey (Marrale, Leyrado, Arana, Grandinetti), bajo la dirección de Javier Daulte. “Las chicas del calendario”, siete talentosas actrices (Lago, Baret, Peretz, Terranova, Valenzuela, Fugazot, Peretz), dirigidas por Manuel González Gil, en una comedia dramática enternecedora. “Livin la viuda loca”,humor de trazo grueso y una linea argumental que no se sostiene, todo al servicio del lucimiento de Florencia de la V, en sus múltiples roles de productora, autora, directora y protagonista. “Por tu padre”, interesante duelo escénico entre Federico Luppi y Adrián Navarro, en una obra enigmática e intensa.“Sinvergüenzas”, malograda versión de Daniel Botti de la comedia basada en el film “Full Monty”, dirigida por Roberto Antier, a pesar del buen elenco (Araoz, Debellis, Lúpiz, Vázquez, García Pintos y Torres). “Pour la gallery”, glamoroso popurrí musical, creado por Aníbal Pachano, con hermosas canciones y bellas coreografías. “Fantástica”, un guión bastante pobre y demodé, que desmerece tanto brillo y esplendor, aportado por el fastuoso vestuario y los cuadros de baile. “La leyenda continúa”, espectáculo protagonizado por una dupla rendidora, Artaza-Cherutti, que resultó francamente decepcionante, más allá de algunas logradas imitaciones. “Antes de que me olvide”, otro Pinti auténtico, quien lucha denodadamente contra el temido “alemán”, ejercitando y haciéndonos ejercitar la memoria.
En la Sala Armando Discépolo, de la Comedia de la Provincia de Buenos Aires, vimos “Pericones”, un Kartún de lujo dirigido por Omar Sánchez, con una veintena de magníficos actores y actrices, vestidos por Analía Seghezza, todo enmarcado en la impactante escenografía de Quique Cáceres. “Don Juan”, versión del clásico de Moliere a cargo de Gonzalo Demaría y Carlos Moreno, que ambienta la acción en el puerto de Buenos Aires, con un sólido trabajo de equipo. “Pinocho”, divertida versión del cuento de Carlo Collodi, a cargo de Mimí Harvey, en la que Oscar Ferreira se calza la legendaria nariz, siempre amparado por Gepetto (Marcelo Allegro) y su distraída Hada Madrina (Carolina Painceira).
En Espacio 44, tres atractivas propuestas. “Para no morir”, texto de Néstor Mallach, en el que se luce Nora Oneto como la notable actriz que es. “Hasta el final de los tiempos. Climax”, creación colectiva de la Cía Sapucay Teatro, con dramaturgia y dirección de Jazmín García Sathicq, espectáculo de fuerte impacto visual. “Solos teatrales”, monólogos interpretados por Federico Liss, Carolina Marcovsky, Diego Cremonesi, Alvaro Mugrabi y Felicitas Kamien, algunos humorísticos, otros  no tanto, en los que el actor sólo cuenta consigo mismo para atrapar la atención del espectador.
En “La Nonna”: el licenciado Gabriel Rolón y sus “Charlas de diván”, propone un ameno ida y vuelta con el público, y toca temas como el amor, el desamor, el deseo, los duelos, la sexualidad, sin ponerse demasiado ortodoxo. Coty Nosiglia vino de la mano de Fabio Alberti, a presentar su “Café con ser”, divertido “magazine” conducido por la inefable “Boluda Total”. José María Muscari, autor y director de “Fuego entre mujeres”: obra políticamente incorrecta, como el transgresor “padre de la criatura”, con un notable trabajo de Irma Roy. “Cuarenta y tantas”, con una Ana María Cores que despliega su rica paleta expresiva.
En la Sala Astor Piazzola, del Teatro Argentino: “Los viajes de Gulliver: una aventura musical”: actores, titiriteros y bailarines dirigidos por Gastón Marioni, reviviendo una historia que no ha perdido su encanto.
En el Pasaje Rodrigo, Ricardo “Mono” Ibarlín, Claudio Rodrigo y Julian Howard rindieron en  “Atracción” un simpático homenaje a quienes diseñaron esta ciudad tan bien trazada, sus plazas y palacios, a fines del siglo XIX. Entretenida lección de historia en vivo.
  En el Centro de Actividades artísticas Crisoles, un espectáculo revisteril dirigido por Viviana Poltrone Chávez, América 20-10, que denota un gran esfuerzo de producción para un género poco abordado por estos lares, por lo costoso.
En el Pasaje Dardo Rocha: “¿Qué digo cuando digo?”, con textos de Mercedes Montagnaro, música de Sergio Perotti, coreografías de Luis Podestá, dirección general de Lorena Fracchia: una docena de mujeres que cantan, bailan y actúan con solvencia.
La frutilla de la torta, “Los hermanos Iberra, una historia de amor y de guerra”, en el Centro Cultural El Núcleo: excelente homenaje al radioteatro, escrito por Andrés Ballot y Claudio Rodrigo, dirigido por este último, con un nutrido elenco sin fisuras. A nuestro entender, lo mejor de la producción local de la temporada.