¡Ey! ¡Cada vez somos más las “zoomeras”. ¿Vieron que viejos son los trapos? ¿Quién nos hubiera dicho a nosotras, que ni teléfono de línea teníamos de chicas, que nos íbamos a poder comunicar de esta manera?
Les confieso que es el único momento en que me peino, maquillo, y arreglo de la cintura para arriba. Cuando hablo con ustedes, amigas.
¡Eso está mal, Graciela! Hay que arreglarse todos los días, como si fueras a salir. Te digo más, maquillada y perfumada.
Me da paja.
¡Epa! ¡Esa boquita! Te estás yendo a la banquina.
Peor Gasalla. Trató de “soretes” a los periodistas. ¿Lo escucharon?
Está muy cascarrabias últimamente. Una pena, porque Antonio es un genio. Hay que saber retirarse a tiempo, ¿no?
Decíselo a los políticos, que se reciclan todo el tiempo. El regreso de los muertos vivos. Con decirles que el otro día lo vi a Domingo Cavallo dando cátedra. Rostro de granito.
¿El superministro que mandó a una científica a lavar los platos? ¿Cómo olvidarlo?
Otra figurita repetida es el cabezón.
¿Quién? ¿Marcelo?
No, Duhalde. Otro que da consejos como si lo recordáramos por su buena gestión.
Se abusan de nuestra mala memoria. Somos fáciles. Nos curran sin mucho esfuerzo.
Ahora hay otro Superministro. Bah, un superhéroe. Le falta la capita a Berni.
¡Cómo le encanta jugar al cowboy! ¿Estará practicando para un casting de western? Le da el “physique du rol”.
Sí. Lo vi con un fusil en Zárate, a lo “far west”. Alma de actor. “¡Aguante la ficción, carajo”, para citarla a Mariquita Valenzuela.
¿Vieron que afortunadamente se pinchó el Bailando? Vuelven los humoristas de Video Match.
Mientras no reciclen “las joditas para Tinelli”, con el gomazo de Listorti en pelotas, todo bien. Ahórrenme ese disgusto, please.
¡No! Eso ahora es políticamente incorrectísimo. Nada de sketches machirulos. Si no, “el colectivo de actrices” les va a pasar por encima. Y lo bien que harían.
Che, Gladys, ¿Qué canción estás escuchando de fondo?
¿No te acordás? “A desalambrar”, de Viglietti. Me quiero poner a tono, por si se vienen las expropiaciones.
Tranqui. Total, a nosotras, ¿qué nos pueden expropiar? Igual, tuvieron que recular en chancletas. Ojo con los mansos, que son todo menos boludos.
¡Qué mal habladas que están chicas! El encierro les está haciendo mal.
¡Chocolate por la noticia! Este arresto domiciliario es imbancable.
¿Qué preferís? ¿Salir en patota, como los “runners” porteños?
“Millennials estúpidos”, los llamó Luis Cámara, uno de los médicos que asesoran a Alberto.
Espero que no sea obligatorio salir a correr, chicas. Bastante tenemos con correr la coneja como para andar arriesgando nuestra anatomía por el empedrado y las veredas rotas.
Hay que entender a los corredores. Todos padecemos del Sindrome de Olmos. Nos falta el aire. Claustrofóbicos estamos a esta altura.
Tendríamos que haber aprovechado y hacer una cura de sueño durante esta ochenterna cuasi noventerna, para que nos alisaran, nos desarrugaran, nos tonificaran, nos masajearan, nos pusieran bellas.
Bellas durmientes. Lástima que el que te despierta con un beso en la boca es el maldito Covid 19. Fucking virus.
Ah, bueno. Bocasucia en inglés también. Esto es el colmo.
Bueno, amigas, se acaba el zoom gratarola. ¿Nos enchufamos el domingo? ¡Chin, chin!