¡Otro Zoom encuentro, chicas! ¿Cómo la van llevando?
Ay, no sé ustedes, pero yo tengo unos sueños tan reales. Mucho más que antes.
Cierto. Será porque dormimos más, sin despertador, sin horarios. ¿Y qué soñaste?
¿Se acuerdan cuando fuimos juntas a Camboriu? Bueno, eso, que estábamos tiradas al sol como lagartos en una playa brasilera, tomando piña colada, rodeadas de garotos.
¿De chocolate?
¡No! ¡De carne y hueso! Morochazos infartantes, musculosos, lustrosos.
¡Yo ni en sueños iría a Brasil! ¿No lo escucharon al demente de Bolsonaro?
No. ¿Qué dijo esta vez?
Y, como justificando el record de muertos por coronavirus en su país, dijo que morirse, “es el destino de todo el mundo”. O sea, hay que resignarse, total, morir nos vamos a morir tarde o temprano. Chocolate por la noticia.
¡Tampoco a Miami, eh! Otro loco al mando del país del norte. Trompita Trump está cada día más desquiciado. Caprichoso, autoritario, despectivo, racista. Las tiene todas.
Chicas, con una mano en el corazón, ¿los argentos, no somos un poco racistas también?
¡Obvio! Expresiones como “bolitas”, “perucas”, “paraguas”, “negros de eme”, “negros cabeza”, “villeritos”… Nos hacemos los amplios, pero estamos llenos de prejuicios.
¡Totalmente! Porque estos días nos rasgamos las vestiduras por lo que pasó allá, y ni bola a los excesos y gatillo fácil de la represión local.
Y, sí. Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno, que la viga en el propio. Para afuera, damos cátedra. Para adentro, lástima.
Lástima me da la Su. Pobre. Todo por culpa de Rita.
¿Qué Rita?
Rita, la perrita maldita. Primero, le masticó las gambas a la Diva en su mansión de Barrio Parque. Después, cuando la devolvió al criadero para que la civilizaran, se ligó la crítica de todos los defensores de animales. Y como frutilla de la torta, la hizo caer de la escalera en Punta. Esa perra es mufa.
No le eches la culpa al pobre animalito. Fue una imprudencia de la Giménez. A cualquiera le puede pasar.
Pero ojo que a su edad los huesos no sueldan.
A la nuestra tampoco, Vilma. Sobre todo vos, que te la pasás encerando. Mirá que si te perdemos, ni a tu velorio podemos ir.
¿Qué me cuentan de los desubicados que hacen reuniones en plena pandemia? Casorios, “baby showers”, cumpleaños. Y encima los boludos lo suben a las redes.
Esos giles los mandás a espiar y tocan el timbre o sacuden los arbustos.
¿Hacemos una apuesta? ¿Cuándo termina la cuarenterrrrrna?
¡Ni loca! Primero, porque no tengo qué apostar. Segundo, porque no termina más.
Si fuéramos perros, podríamos salir todos los días, ¿se dan cuenta? Tienen coronita.
¡No! ¡Eso no se puede decir más! Suena a contagio.
¿Saldremos para la primavera?
Si el bicho se fue y no aparece otro, puede ser. Eso sí, habrá que adelgazar antes.
¡Qué bien la hicieron los astronautas que se rajaron! Yo que ellos, ni vuelvo. Me quedo orbitando allá arriba.
¿Ustedes harían turismo espacial? Dicen que va a haber opciones para todos los bolsillos.
¡No me hagas reír! ¿Elon Musk acepta la Sube? Como mucho, el bolsillo post Covid 19 nos alcanzará para tomar el Roca a Ezpeleta o Berazategui, como muy lejos. Ida solamente.
Bueno, amigas, se acaba el Zoom gratarola. ¡Que no decaiga, eh! No hay virus que dure 100 años. Cuando agarremos la calle, ¡no nos para nadie! ¡Sempre Avanti ¡Chin, chin!