por Irene Bianchi
·        Amigas: quiero que me prometan algo. Si algún día hago los papelones de la Alfano, ¿me pegarían unos buenos sopapos, please?
·        Si la Grace está divina, cada día más joven. ¿Qué decís?
·        ¿No la viste en la piscina de Chocofort, a los chupones con un pendex?
·        ¡Re hot! Ahí todas flotaban, aunque no supieran nadar, porque son chicas plásticas. Al día siguiente, habrán tenido que pasar el sacabicho, por las extensiones,  pestañas postizas y siliconas que habrán quedado en la superficie.
·        Estas minas se pasan a los chongos como si nada. Porque el tipo ése ya había salido con Celina Rucci, ¿o no?
·        Vampirismo puro. Se ve que estar con pibes jóvenes les renueva la sangre.
·        Pero, yo me pregunto; a los hijos de la Alfano, ¿no les darán ganas de desheredarla? Al fin y al cabo, es la vieja.
·        Eso no es todo. Dicen las malas lenguas, que está saliendo con uno de esos roperos, pechetos del millonario.
·        ¿Saliendo o entrando?
·        ¡Qué insaciable? ¿Será una ninfómana? ¿Una adicta al sexo?
·        Miren que no es un fenómeno local. Leí que la compañía aérea Air New Zealand invita a mujeres mayores de 35, a formar “manadas” de cuatro, mandar su foto, y participar en un sorteo por 60 pasajes para atrapar “cachorros” de 20 en un torneo de rugby.
·        ¡Ah! Como los famosos Pumas de Bengala de Jacobo. Mirá las cazadoras.
·        Me resulta patético. La dignidad ante todo. Si hay hambre, que no se note, che.
·        ¿No les parece muy berreta esta temporada? Digo, las peleas entre los elencos son de décima, no de cuarta. Todos compiten a ver quién hace pis más lejos.
·        Hasta Flor de la V, que la juega de señorita. Se apropió del exabrupto del filósofo Maradona, ¿vieron? ¡Qué femenina, la Florcita!
·        No es por defender a nuestra farándula de cabotaje, pero las escaramuzas entre los políticos y funcionarios también son lamentables. El conventillo de querer cambiarle la cerradura al Banco Central es de historieta.
·        No hay nada que hacerle: el pescado se pudre por la cabeza, chicas.
·        ¿Y los cholulos que se agolpan a la salida de los teatros para sacarse una foto con los actores, o pedirles un autógrafo? ¿Por qué lo harán?
·        De aburridos. Es gratis y están al cuete. Hay siempre mucha más gente en la puerta que en la platea.
·        Si hablamos de fenómenos mediáticos, Ricardito le serruchó el piso a la Lobato.
·        Sí, pero a ese muchacho habría que extirparle unos kilitos de botox y de ego. Está agrandado como galleta en el agua. En cualquier momento, lo bajan de un hondazo. Lo que sube rápido…
·        La diferencia es que él tiene mosca para comprar afecto, aduladores, fama, cámara, elencos, teatros, público, prensa, críticos, novias, novios, lo que venga. La Lobato, en cambio, es una seca. Lo suyo sería hurto famélico.
·        A la que pusieron de patitas en la calle fue a Anabela, la Frankenstein de Zulma. Parece que la vieron con el puntano seductor que colecciona actrices.
·        Ah, bueno. No se anda con chiquitas. Del dueño de un canal a un gobernador.
·        Ese chimento es más jugoso que las peleas de vedetongas del verano.
·        Ojalá los escandaletes faranduleros y políticos levanten el pinet. ¡Chin, chin!