por Irene Bianchi
  • ¡Aleluya! ¡Se acabaron las vacaciones de invierno y estamos vivas!
  • Bienvenida sea la maldita rutina. La prefiero mil veces al caos.
  • Le segunda mitad del año se hace más llevadera, ¿vieron? Más light.
  • No digas “light” que aumenté de peso estas 2 semanas. Al diablo con la dieta.
  • Hablando de comida, hay que andar con un diccionario bilingüe para tomar el té últimamente: muffins, cupcakes, macarons, whoopies, cake pops, cookies, la pastelería neoyorkina copó las confiterías. ¡Qué paquetería!
  • No vas a comparar esas rarezas foráneas con nuestras facturas criollas: los sacramentos, las bolas de fraile- también conocidas como suspiros de monja, las tortitas negras, las de crema pastelera, los cañoncitos de dulce de leche, las bombas de crema, los vigilantes, las medialunas de manteca, los bizcochitos de grasa, los alfajorcitos de maicena, los cuernitos, las magdalenas, los cubanitos, los churros rellenos…
  • ¡Cómo inspira, cómo incita, con el dulce en la puntita!
  • ¡Qué fina, Mecha!¿Sos de la barra de los borrachos del tablón?
  • Chicas, yo he tenido la suerte de viajar bastante, y les aseguro que como en la Argentina, no se come en ningún lado. Se los digo con una mano en el corazón.
  • Con una mano en la buzarda, dirás, Pichi.
  • ¿Ustedes sabían que un alto nivel de estrés puede llevar a consumir más comida chatarra? Parece que la hormona ghrelina, que estimula el apetito, es más elevada cuando uno está estresado, y lleva a comer más grasa.
  • ¡Chocolate por la noticia! ¿Acaso ustedes no toman la heladera por asalto cuando están ansiosas, nerviosas, deprimidas o embroncadas?
  • Eso equivale a decir: siempre. No zafamos nunca.
  • Compañeras, no todo es morfi, eh. Ahora es “cool” preparar buenos platos mentales. Unos científicos americanos sugieren un menú de 7 actividades.
  • ¿Siete? ¿No es mucho? A mí no me dan los tiempos.
  • Justamente de eso se trata, de siete tiempos: de concentración, de juego, de sociabilización, tiempo físico, tiempo interno, tiempo muerto y tiempo de sueño.
  • ¿Tiempo muerto? ¿Qué viene a ser?
  • ¿Viste cuando mirás Showmatch, que te agarra el electroencefalograma plano?
  • Ah, sí. Cuando ponés la mente en blanco y te quedás tildada.
  • Che, seré curiosa, ¿el tiempo físico ése incluye al sexo?
  • Obvio. ¿Sabés cuántas calorías se queman haciendo el amor? 350 cada 5 minutos.
  • ¿Y si el amor dura menos? Tres minutos, ponéle. Con toda la furia.
  • ¿Menos de 5 minutos? Estás al horno, Pichi.
  • Chicas, ¿será que no adelgazo porque no ligo, entonces?
  • No sólo por eso, Gordi. También por las cucharadas soperas de dulce de leche que te mandás al buche mientras mirás “El Elegido”.
  • Es que me da nervios. Están matando a todo el mundo. No sabés cómo sufro.
  • Es de mentiritas, Gordi. Asesinan a los actores que se les vence el contrato, o a los que tienen complicados los horarios, por otros compromisos adquiridos.
  • Envidio tu sentido de la realidad, Mecha. Yo vivo en una nube de flatulencias.
  • No sé si eso es tan bueno. La imaginación y la fantasía son menos dañinas.
  • ¿Saben qué? Hay 8 tiempos, no 7. El nuestro. Tiempo de descuento. ¡Chin, chin!