¿Cómo que no? Si se encontraron en ese lujoso hotel de Paría. Él mismo terminó confesándolo. Fue vox populi.
Sí, pero no se consumó.
No entiendo, Sarita.
¿Cómo decirlo? Al pibe … no le funcionó. Le falló el amigo.
¡Me estás jodiendo! ¡Con lo jovencito que es! ¡Y deportista!
Un bajón.
Nunca tan bien descripto, Sari. Un bajón. ¡Qué papelón!
Más papelón fue decirlo, ventilarlo a los cuatro vientos. Se enteró todo el mundo.
Igual, chicas, discúlpenme, pero eso no borra la infidelidad. No creo que se hayan quedado con la ropa puesta esos dos. Mimos hubo, ponéle la firma.
Tal vez fue mucha presión para Maurito. Como dar un examen. Se metió un gol en contra. Le tenía ganas a esa palta de toda la vida y llegado el momento, terminó en el banco de suplentes, amonestado.
Peor. Expulsado del campo de juego con tarjeta roja.
¿Habrá dicho: “Te juro que es la primera vez que me pasa, Chinita”?
Tal vez fue un gualicho que le echó Wanda, para que no anduviera picoteando por ahí. Una maldición gitana. Un pase de magia negra, vaya una a saber.
Y el cuñadito, el marido de Zaira, hizo de campana. Se quedó apolillando en el auto mientras Icardi fallaba en su intento.
¿Para qué? ¿No le da el sueldo para un taxi a Mauri?
No es eso. Tenían que llegar juntos a la mansión, porque hay cámaras que Wanda vigilaba desde Milán en su celu.
Les quedó una asignatura pendiente a los trampositos. Se van a dar otra chance, la revancha.
No creo. Ella ya tiene otro novio, Armando Mena Navareño, dueño de una empresa de motos.
¿Cómo hace para tener tanto arrastre?
Fácil. Es joven, linda, libre, desprejuiciada, aventurera. Se juega por lo que quiere y por su deseo, sin importarle el qué dirán. La aplaudo. Hace lo que se le canta.
Sí, pero se quedó sin amigas de la forrándula. Todas hicieron causa común con la Nara. La única que la sigue bancando es Lali Espósito.
Otra piba libre. Las demás son bastante cuadraditas y “Susanitas”.
Hablando de Susanitas, la Giménez confesó al aire, en el programa de Marley, que no aguanta más convivir con su nieta, Luía Celasco. Parece que la nena es muy enquilombada. La Su le pide que se vaya, y ella, nada.
Malcriada. Ya le dio bastantes dolores de cabeza a la familia.
Che, y si nos dejamos de boludear y vamos a votar antes de que cierren los comicios
¡Obvio! ¿Habrá que conservar distanciamiento social, o nos podremos arrimar a algún caballero embarbijado?
Eso si no confesás que pertenecés al grupo de “Tercera Dosis” para ahorrarte la cola, Zule.
¡Ni loca! Moriré con las crocs puestas antes de confesar la edad. Andiamo! ¡Chin, chin!