– Chicas, este “After” es “pet friendly”, ¿no?
– Creo que sí, pero nos tenemos que sentar en la vereda, Leti.
– Y vos, ¿desde cuándo tenés ese pichicho?
– No es mío. Se lo estoy cuidando a mi hija, que se fue a la costa el finde largo.
– ¡Qué garrón! Te compadezco, amiga.
– Al contrario. Estoy chocha de la vida. No saben el levante que tengo gracias a Colita.
– ¿Levante? ¿Lo decís porque tenés que levantarle la caquita y embolsarla?
– ¡No! ¡Tienen que probarlo, chicas! Salís a pasear y te encontrás con cientos de señores de todas las edades paseando sus perritos. Es la excusa perfecta para entablar una conversación. Porque los canes se acercan, se olfatean, se frotan…
– ¡No digas “se montan”, porque me da impresión!
– Este está castrado, así que no hay peligro.
– Seré curiosa, ¿por dónde lo llevás a pasear a Colita?
– Ese es un detalle importante. Hay que buscar barrios paquetes, de alto poder adquisitivo.
– Lo tenés todo estudiado. Igual, y no te ofendas, ese cusquito es bastante cualunque. ¿No es mejor un perro exótico para mejorar el target?
– Bueno, che, es lo que hay. Igual, lo que tiene de feúcho lo compensa con su simpatía.
– “La suerte de la fea, la bonita la desea”, decía mi abuela.
– Hablando de perritos, ¿quién hará del finadito Jazmín en la serie que van a hacer sobre la vida de la Su? Podríamos ir buscando un muleto, ¿no?
– ¿Y para qué querés enganchar a un caballero, Leti?
– Tanto como enganchar, no, Zule. Un tentempié, nomás. Un algo. Un alguito.
– Ahora que decís, ¿vieron que Ventura –el chismoso- dijo que la Reina Madre tuvo “un algo” con Monzón?
– ¡No creo! Aunque ojalá la Chiqui se haya dado el gusto. Porque dicen que Tinayre le metió los cuernos a lo loco. No dejó “títegue” con cabeza, el franchute.
– ¿Vieron que entre Mirtha y Moria se la están tironeando a Andreíta del Boca? Ya veo que termina yendo a lo de Andy.
– ¡Flor de confesionario se armó Andy! Más que “PH: Podemos Hablar”, su programa se debería llamar “El Gran Deschave”. Los invitados hablan sin filtro, sin autocensura.
– La escuche a Marisa “Cachaca” Balli contando como una humorada cómo el Potro Rodrigo la dejó esposada en el lobby de un hotel no sé cuántas horas, para que ella no saliera con sus amigas. Y ella ni mosqueó. Hasta le pareció gracioso. Inconcebible.
– ¿No será todo promoción para la peli? ¿Justo ahora lo trae a colación? Raro, ¿no?
– No sólo eso. Todas las ex de Rodrigo andan desfilando por la tele, sacando trapitos al sol.
– No entiendo por qué te intoxicás con tanta telechatarra, Zule. Vas a crepar de sobredosis.
– ¿Y qué querés que mire? ¿Los noticieros? ¿Los programas políticos? Son más tóxicos.
– Otra marcha atrás de Mauri, ¿vieron? Esta vez con la suba extra del gas. Parece que jugaran a “ensayo y error” estos muchachos. ¿Son un grupo de Impro o un gabinete?
– Lo que no me queda claro es para qué equipo juega Lilita.
– Para el propio. Tiene puesta su camiseta. Y se la banca.
– Puede ser, pero tendrían que acordarse de los consejos de Martín Fierro: “Los hermanos sean unidos, porque ésa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera.”
– Este es un país de caníbales. Nos encanta devorarnos entre nosotros. Nos despedazamos sin piedad.
– ¡Leti! ¡Tu perro me acaba de mear el pie!
– ¡Alegráte, Zule! ¡Trae suerte! Es agua bendita. Un brindis por Colita: ¡Chin, chin!