¡Por favor, Chela! Es una fecha comercial, marketinera, empalagosa, cursi, de plástico.
Las que dicen eso es porque nunca ligan nada. Una coartada de manual, Carmencita.
No me gusta que me afanen. Esos días te arrancan la cabeza.
Carmen tiene razón, Chela. Los bombones a cinco lucas. Un despropósito.
Ni hablar de los tristes ramilletes de flores marchitas que tratan de encajarte los trapitos en cada esquina. Ni para los muertos.
¿Alguien sabe por qué se llama “San Valentín”?
Por un un sacerdote del Siglo III en Roma que celebraba matrimonios secretos de jóvenes enamorados. El emperador de ese entonces, Claudio II, se oponía a los casamientos porque los solteros eran mejores soldados.
¿Y qué le pasó a Valentín?
Le cortaron la cabeza el 14 de febrero del año 270, pobrecito.
¿Y a quién se le ocurrió comercializar la fecha?
Eso fue a mediados de la década de 1840. Una yanqui viva, Esther Howland, arrancó con tarjetas alusivas, y la rompió.
Sos nuestra Wikipedia, amiga. ¿Qué haríamos sin vos?
A nosotras nunca se nos ocurre algo así, che, pa’salir de pobres.
Podríamos imponer el “D.S.E.”.
Traduciendo, please.
El “Día de las Solas por Elección”.
¿Quién te lo cree? ¿Elección tuya o de los otros?
Chicas, ya fue eso de buscar tu alma gemela, tu media naranja, tu otra mitad. Huele a rancio. Es demodé. Atrasa.
Cierto. Y ya hemos comprobado que los Príncipes Azules destiñen, y mucho.
Como yo me quiero mucho, me auto regalé un kilo de helado. Lo devoré solita y sola, mirando una serie de una temporada.
En una pared de mi barrio, algún amargado escribió: “San Valentín son los padres”. Qué guacho.
Si vamos al caso, chicas, todas las celebraciones son comerciales. El Día del niño, del padre, de la madre, de los abuelos, del amigo, de la dulzura. Excusas para vender boludeces.
Hablando de boludeces, ¿se enteraron del cruce Canosa versus L-Gante?
Ni idea.
La Canosa dijo que los fans del rapero estrella son “sumisos, pasivos, pobres y brutos”. Y él le contestó: “Pasivo será tu choma”.
Poca comprensión de texto, da la impresión. Agarró para el lado de los tomates.
Bajen la voz, chicas. No es políticamente correcto decir que la música de L-Gante es una bazofia, que no se le entiende nada, que es pobre, elemental, básica, mediocre, burda. Ni se les ocurra compararlo con Spinetta o Cerati, porque eso es clasismo retrógrado.
¿Vos decís que nos tiene que gustar, sí o sí?
Ya lo decía alguien: “Si millones de moscas comen mierda, no pueden estar tan equivocadas”.
Me resisto, pero trataré de escucharlo sin prejuicios, a ver si le encuentro algo.
L-Gante hace juego con todo lo demás, chicas. El problema, en todo caso, no es él, sino los millones que lo idolatran. La culpa nunca es del chancho …
A falta de amores, brindemos con este Don Valentín, que nunca defrauda. ¡Chin, chin!