• ¡Te voy a matar, Ceci!
  • ¿Por? ¿Qué te hice?
  • Me hiciste ver ese bodrio.
  • ¿Cuál de ellos?
  • La entrevista de las dos morochas arrepentidas. Un plomazo.
  • ¿La Su y Wanda? ¿Cómo? ¿Ya pasó? ¡Me la perdí!
  • Nada te perdiste. Deslucida, previsible, guionada, tediosa, chiclosa.. Nada que ver con los bombos y platillos con los que la anunciaron.
  • Carla tiene razón, Ceci. Yo también me clavé. Hasta pochoclo me preparé para verla. Esperaba datos escabrosos, lágrimas, detalles íntimos, gemidos, alaridos, maquillaje corrido, sollozos, gritos, insultos. Y resultó más aburrida que chupar un clavo oxidado.
  • Lo único que rescato es la vista de la Torre Eiffel. O sea, el decorado.
  • ¿Estaban lindas, por lo menos?
  • La Su tenía el pelo pajoso, como escoba vieja. Y todo el tiempo se disculpaba por preguntar  sobre los cuernos, cando ése era el único y exclusivo motivo de la entrevista, por la que la Nara cobró la friolera de 50.000 Washingtons.
  • No da puntada sin hilo Wandita. Y lo perdonó a Maurito para no perderse la gallina de los huevos de oro.
  • No sé, Inesita, porque ya desplumó a esa gallina antes del amague del divorcio.
  • ¿Y el sujeto apareció?
  • ¡Sí! Hecho un pollito mojado, un perrito faldero, un chichipío, un badulaque entregando la escupidera. Patético. Cero dignidad el chabón. Hasta me dio penita el tramposo.
  • Ojo que ahora se viene la otra versión del encuentro furtivo en París. La China le dio una nota a Fantino, que sale mañana
  • ¿Y será tan sosa, insípida e inodora como ésta, o bien picante?
  • Ella es escondedora. ¿Se acuerdan cómo negó la revolcada con el chileno en el motor home, con palta y mantita de Nepal? A los cinco minutos se casaron. Dos hijos tuvieron.
  • Ojalá Fantino pregunte mejor que la Giménez, bien al  hueso, sin falso pudor.
  • ¿Habrá cobrado lo mismo la China?
  • Y … no se va a bajar el precio. Ponéle la firma.
  • La Su se despidió diciendo:  “Hasta acá llegamos con la nota del año”, mientras curioseaba los regalos de la anfitriona de su nueva línea de maquillaje “Love”.
  • La estafa del año, debió decir. Gato por liebre nos vendieron. Una truchada.
  • Ustedes dirán que soy desconfiada, pero para mí que estos tres se juntaron a pergeñar esta patraña, esta puesta en escena para la gilada, y facturar de lo lindo.
  • Igual que los políticos, que simulan peleas y enfrentamientos, se confabulan a nuestras espaldas,  y terminan empomándonos a todos.
  • ¡Esa boquita, Carlita! ¡Y eso que fuiste a escuela de monjas vos!
  • No las quiero amargar, pero ¿se dan cuenta que en menos de un mes ya es Navidad?
  • Este año se voló, literalmente. El 2020 fue eterno, en cambio. ¡Qué relativo es el tiempo, que lo parió!
  •  El peceto está  casi a una luca el kilo, así que olvídense del tradicional vitel tone este año.
  • ¿Y el pan dulce? ¿Y los turrones? ¿Y los frutos secos?
  • Lujo asiático. ¡Basta de menú navideño invernal europeo! Hagamos uno veraniego, bien argento, light y baratito. Emancipémonos del Primer Mundo.
  • Ya lo estamos, Ceci. Nos caímos del mapa hace rato. Cada día más lejos …
  • ¿Se acuerdan que antes la Sidra era mersa? Bueno, ahora es “cool” y más barata que el champagne. En algo salimos ganando. ¿Por qué brindamos hoy?
  • Por las rubias oxigenadas, botoxeadas y cornudas, que se siguen enriqueciendo a costa de nuestra estupidez. ¡Chin, chin!